El recibo anual del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de Zaragoza se cobrará en dos plazos para mitigar el impacto del subidón aprobado por PSOE y CHA en el 2005, fijado en el 23,75%. Según anunció ayer el alcalde, Juan Alberto Belloch, la medida pretende facilitar el pago al ciudadano, igual que ocurre "en otros impuestos, como la renta". La coalición de socialistas y nacionalistas dio ayer vía libre en la Junta de Gobierno al nuevo plan financiero del ayuntamiento, que incluye un espectacular incremento de la presión fiscal --23,75% para el IBI, 42,5% para la basura y 18% para el agua--. El alcalde afirmó que este programa económico conseguirá sanear las cuentas y elevar la inversión.

El documento se aprobó ayer en la Junta y se ratificará en un pleno municipal el próximo día 24; esta decisión desbloquea la petición de los créditos previstos en los presupuestos del 2004, así que Belloch levantó también ayer oficialmente la suspensión de pagos que había decretado a finales de julio por la falta de liquidez en las arcas municipales.

Según aseguró, los retrasos generados por este parón económico se resolverán en poco tiempo. "En julio habíamos logrado pagar a los proveedores por debajo de los 120 días, y volveremos a esa situación antes de fin de año", precisó.

Belloch y el delegado de Economía del consistorio, Alberto Lafuente, defendieron el plan de estabilidad presupuestaria como el único instrumento posible para sanear las finanzas --la ley obliga a borrar el déficit de 18 millones del 2003-- y para aumentar los gastos en nuevas obras y servicios. "Esta ciudad --dijo el alcalde-- necesita inversiones como el agua".

Según sus cálculos, el aumento de la presión fiscal en el 2005 y 2006 permitirá que el capítulo inversor alcance los 80 millones anuales --325 millones a lo largo de los cuatro ejercicios de legislatura--.

Además de cargar el bolsillo de los ciudadanos con un incremento impositivo sin precedentes en Zaragoza, el plan prevé recortar un 1,5% el gasto corriente, e intentará contener el creciente capítulo de personal. Lafuente reconoció ayer que la reducción en los gastos de funcionamiento de la maquinaria consistorial supondrá un ahorro de 6 millones de euros en un año, mientras que la cantidad extra del impuestos que se cobrará a los zaragozanos suma, según las cifras del plan, unos 26 millones de euros.

Esta cifra corresponde sólo a los incrementos del IBI, basura y agua aprobados ayer, pero se incrementará con la subida del resto de tasas e impuestos-- el de circulación, la plusvalía, el de construcciones, los servicios deportivos, cementerios, veladores etc-- que aún no se ha hecho pública. Lafuente no quiso adelantar porcentajes en este caso, pero fuentes municipales indicaron que al menos los centros deportivos sufrirán un incremento de precios.

Los grupos de la oposición, PP y PAR, criticaron ayer que PSOE y CHA hayan centrado el plan de estabilidad en un crecimiento "descomunal" de la presión fiscal.

Para Jorge Azcón, portavoz adjunto del grupo popular, no tiene justificación que el Gobierno municipal "suba por las nubes los impuestos sin ofrecer ninguna mejora de los servicios". Azcón aseguró que PSOE y CHA "nos han mentido a todos, porque en sus programas electorales aseguraban que no subirían impuestos", y recordó "la beligerancia de Gaspar y Belloch cuando criticaban desde la oposición cualquier subida por encima del IPC".

En el PAR, el incremento tributario se considera "desmesurado", además de "injusto, porque carga a los ciudadanos con la supuesta crisis financiera municipal", según declaró el concejal aragonesista Fernando Arcega.