La Defensora universitaria tramitó, durante el periodo comprendido entre el 1 de octubre del 2013 y el 30 de septiembre del 2014, 327 expedientes, lo que supone un récord histórico desde el 2004-2005, cuando se creó esta figura en la Universidad de Zaragoza. De hecho, esa cantidad supone un incremento de casi el 24% respecto a la última memoria --del curso 2012-13-- presentada en el claustro, que recoge 264 expedientes y duplica la cantidad recibida en el 2008-2009.

Entre los posibles motivos del aumento, la Defensora universitaria, María José Rabanaque, cita un posible mayor conocimiento de su figura por parte de la comunidad, aunque advierte de que esta "está pasando por momentos difíciles y de crispación y esta se manifiesta en forma de queja". Además, también apela a los "recortes" como uno de los "cambios relevantes" en la universidad en los últimos años.

Rabanaque indica que de los 327 casos tramitados, un 71% (232) correspondieron a estudiantes de la universidad, el 17,4% (57) a Personal Docente e Investigador (PDI), el 7% (23) a Personal de Administración y Servicios (PAS) y el 4,6% a otros sectores.

Las quejas fueron las solicitudes más frecuentes (61,5%), mientras que las consultas conformaron casi el 32% y las mediaciones llegaron al 6,7%, lo que supone un aumento porcentual de todos los tipos, según añade el informe presentado ayer por Rabanaque.

POR CENTROS

Los alumnos de Economía y Empresa, Filosofía y Letras, Derecho y la Escuela de Ingeniería y Arquitectura son los que más recurrieron a la figura de la Defensora universitaria, aunque, porcentualmente, la Escuela de Enfermería de Teruel es la que presenta un mayor volumen de reclamaciones (2.2%).

Los estudiantes acuden, principalmente, para reclamar cuestiones relacionadas con la actividad académica (71%), problemas económicos (11%) o actividad administrativa (10%). Precisamente, esta última es la que presenta un mayor incremento respecto al año anterior. "Las quejas relacionadas con evaluación y exámenes han sido numerosas y referidas a múltiples aspectos", admite la Defensora. Entre ellos figura, por ejemplo, la aplicación de criterios de evaluación diferentes a los que constan en las guías docentes, falta de concreción en los criterios de evaluación y la dificultad para revisar las notas o el trato inadecuado por parte del profesor. Asimismo, también destacan las quejas sobre materias con alto índice de suspensos y la falta de concreción de las guías docentes.