La fiesta anual de Intermón Oxfam resultó ayer todo un éxito, con un incremento de participación de más de un 50% con respecto al pasado año. El buen tiempo y el mercado medieval instalado en los alrededores de la catedral de La Seo animaron a muchos zaragozanos a acercarse hasta la plaza del Pilar y calles adyacentes, que se convirtieron en un auténtico bullicio de gentes paseando, familias con cochecitos y curiosos descansando en las terrazas soleadas. Una grata respuesta para la organización, que celebra el décimo aniversario de la sede en Aragón.

"La oferta lúdica que anualmente trae Intermón se ha convertido ya en tradicional de la primavera zaragozana. Si en la pasada edición calculamos que fueron 16.000 quienes se acercaron a esta plaza, sólo durante la mañana han sido 11.400 los visitantes. Y en total, se superarán los 24.000", subrayó ayer Pascual Moreno, director territorial de Intermón Oxfam en Aragón.

La desigualdad de sexos

El eje temático de la fiesta fue la situación de la mujer en el mundo. "¿No es injusto que de cuatro personas pobres, tres sean mujeres?", se escuchó en boca de Carmen Magallón, directora de la Fundación Seminario de Investigación para la Paz, y encargada de la lectura del manifiesto.

Los participantes pudieron conocer a través de paneles los trabajos que Intermón lleva a cabo. Como los comedores sociales en Lima (Perú), sustentados por mujeres. O el programa educativo para niñas en Niassa (Mozambique). Porque "todavía queda mucho por andar para la igualdad en la educación, la sanidad, la propiedad o el alimento", añade el manifiesto.

Hasta los talleres y juegos educativos se hicieron eco de este problema. De hecho, los niños y niñas jugaron en un recorrido de pruebas titulado Mujeres construyendo futuro . Y mientras a unos les pintaban la cara, otras contestaban a la pregunta de cuánto cuesta un kilo de arroz en Africa o se sumaban a la construcción de un camino a la esperanza.

"Las mujeres somos las que realizamos dos terceras partes del trabajo en el mundo, pero sólo recibimos un 10% de los salarios", se escuchaba. Pero también se lanzó el mensaje sobre la violencia doméstica, la mutilación sexual y la carga familiar que soportan. Aunque a muchos no se les escapó que tampoco hace falta salir del propio territorio para comprobar esta realidad.