La Universidad de Zaragoza confía en que el estreno, ayer, de la nueva Facultad de Educación, que acogió el traslado de los primeros 400 alumnos, suponga el "pistoletazo de salida" para el proyecto de reforma de Filosofía y Letras. "Es la esperanza que tenemos, porque ahora ya podemos trasladar a la antigua facultad a profesores que estaban en el pabellón de Filología y tenemos posibilidad de comenzar el derribo", indicó el vicerrector de Infraestructuras, Joaquín Royo.

Pero, por ahora, el sueño del rectorado tendrá que esperar. Así lo imponen los cero euros que el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón ha vuelto a destinar a infraestructuras universitarias, lo que impide, de momento, tanto acometer el equipamiento completo del nuevo centro como iniciar la reforma de Filosofía y Letras, pese a la promesa realizada en las Cortes por la propia consejera, Dolores Serrat, que emplazó los primeros trabajos para final del 2013. "El presupuesto sigue siendo cero euros y tiene que haber un convenio en un plan de infraestructuras que permita la cobertura de toda la obra en cinco años, así como un compromiso financiero para este periodo de tiempo", apuntó Royo.

ESFUERZO MÁXIMO

La universidad asegura contar con la palabra de Educación de que realizará el "máximo esfuerzo" tanto para acabar de equipar Educación como para iniciar el proyecto de reforma de Filosofía. Ayer, los alumnos del máster de profesorado fueron los primeros en estrenar el inmobiliario que se ha traído de la antigua facultad, del edificio Interfacultades y del campus de Huesca. "Pero necesitamos 900.000 euros más IVA para acabar de equipar el edificio porque lo que hemos hecho ahora es vestirlo de forma provisional con lo que hemos podido", subrayó Royo, que, eso sí, mostró su alegría por el estreno. "Es un gran día porque hace un año esto lo veíamos imposible" --la falta de liquidez obligó a paralizar las obras y amenazó seriamente su conclusión hasta que la DGA invirtió unos 3,6 millones para reanudar los trabajos --.

El nuevo edificio carece todavía de equipamientos "necesarios", como la biblioteca, la sala de grados o el salón de actos, que dependen de que la DGA encuentre una partida. "Seguimos hablando con ellos aunque creemos que comprenden que es necesario". De ese dinero depende que la facultad esté a pleno rendimiento el próximo mes de septiembre. "Me preocupa que no lleguemos al comienzo del próximo curso con toda la facultad en pleno uso, pero soy optimista", apuntó el vicerrector.

De momento, el traslado tendrá continuidad el día 17 para, la primera semana de marzo, mover al profesorado y servicios como secretaría. "Casi no nos lo creemos porque lo hemos pasado muy mal, con alumnos repartidos en un montón de ubicaciones distintas y habitáculos compartidos por once profesores", recordaron desde el decanato.