Una tabla del siglo XVI atribuida a Juan de Borgoña y robada en 1979 con el retablo de la ermita palentina de Astudillo regresó ayer a manos de la Diócesis de Palencia, después de casi cuarenta años desaparecida. La pieza había sido adquirida por un particular zaragozano quien, ante la sospecha de su procedencia ilícita, lo puso en conocimiento de un anticuario de la capital aragonesa.

Fue el responsable de este negocio el que se puso en contacto con el Grupo de Patrimonio de la Jefatura Superior de Policía de Aragón de cara a corroborar los recelos que tenía con respecto a esta pintura al óleo sobre tabla de estilo flamenco.

Las corroboraciones realizadas por los agentes dieron como resultado que la tabla era auténtica y que haía sido robada de Astudillo. El inspector jefe de este grupo, Fernando Sánchez, destacó que la obra había sido cortada, restaurada y enmarcada para facilitar su venta y, a su vez, para dificultar su reconocimiento.

Ante todo ello, tal y como resaltó Sánchez, el coleccionista entregó voluntariamente la tabla. La obra estaba catalogada en el libro Arte sacro en Palencia, publicado en 1972 por el sacerdote y anterior delegado Diocesano de Patrimonio en Palencia, Ángel Sancho. Ese libro llegó a manos del coleccionista que en 1980 adquirió, por un millón de pesetas, la tabla a un anticuario de Gerona, sin saber que había sido sustraída.

El óleo en tabla representa un Cristo muerto y resucitado mostrando las llagas de la Pasión en las manos y el costado, un paño de pureza y dos ángeles levantándole la capa.