La estatua que Bécquer tenía dedicada en Trasmoz, misteriosamente desaparecida el pasado 22 de abril, ha sido finalmente recuperada. Pero en un lamentable estado. La Policía Foral de Navarra, que este lunes detuvo a un hombre y a una mujer de Tarazona con restos de la imagen, siguió sus investigaciones hasta dar al día siguiente con lo que faltaba en una chatarrería de Tudela.

La escultura había sido troceada y el chatarrero, que ha sido imputado por receptación (adquisición de objetos robados), tenía en su poder la cabeza, los pies y una porción de la espalda. Estos restos, unidos a los hallados el 28 de abril en el coche de la pareja de Tarazona, ni siquiera sirven para montar el mecano en que los presuntos delincuentes habían convertido la estatua sedente del escritor romántico, que se hallaba ante los vestigios del castillo de Trasmoz.

El Gobierno Foral de Navarra anunció ayer la recuperación de la totalidad de la figura, que es de bronce, pesa unos 250 kilos y fue costeada por los vecinos de Trasmoz, que entre todos reunieron los 20.000 euros que cobró el escultor Luigi Maráez.

Los detenidos en la operación son G. A. P., de 25 años y vecino de Tarazona; M. R. M. C., de 46 años y compañera sentimental del anterior, y F. S. C., de 48 años y residente en Tudela. A los dos primeros se les imputa un delito de daños, otro de hurto y otro de sustracción de cosa propia a su utilidad social y cultural.

Al tercer detenido se le atribuye un delito de receptación, dado que adquirió parte del material robado, entre el que se incluía una campana de origen desconocido y la placa de bronce sustraída por los mismos sospechosos en el cementerio de Trasmoz. Esta pieza había sido alterada y pintada para evitar que fuera reconocida.

El arresto de la pareja de Tarazona fue fruto de la casualidad. Su vehículo se había averiado cerca de un polígono industrial y los agentes de la Policía Foral se acercaron a ayudar al ver que salía humo del capó. Allí se dieron cuenta de que el hombre estaba nervioso y vieron marcas del arrastre de un objeto pesado hasta la cuneta, donde descubrieron una parte de la estatua. Para colmo, la pareja llevaba la ropa manchada de hollín y con virutas metálicas.