El Ayuntamiento de Zaragoza no está solo en la pelea por frenar lo que ya está en los hogares de los distritos de Torrero-La Paz, Las Fuentes y San José. El Gobierno de Aragón ha empezado a enviar los primeros recibos del Impuesto sobre la Contaminación de las Aguas (ICA) y comienzan a movilizarse los agentes sociales y colectivos ciudadanos que se muestran radicalmente en contra de que se grave a la capital. En ese contexto apareció ayer la plataforma ciudadana Red de Agua Pública de Aragón (RAPA) para instar al contribuyente a «esperar» o a «no tener prisa» en pagarlo.

«No nos vamos a oponer al pago, no es una insumisión fiscal pero queremos pagarlo bien. Los zaragozanos no se niegan a pagar el ICA, sino que piden reformar el plan de saneamiento», explicaron dos de sus representantes, Jesús Sampériz y José Ángel Oliván. Este último, también presidente de la Unión de Consumidores de Aragón, aseguró que lo que llega estos días al buzón es «un papel que no tiene acuse de recibo y no hay obligación de contestarlo».

Quizá sea una de las fórmulas de respuesta contundente que la RAPA espera desde Zaragoza como emblema de los municipios aragoneses que no están conformes con este «fiasco» del Instituto Aragonés del Agua (IAA) que solo sirve, en forma de impuesto y no de tasa o de precio público, para «sobrefinanciar» a la DGA.

¿FINALISTA? // «Ningún impuesto es finalista», aseveraron ambos, ya que consideran que esta es solo una forma de «autofinanciarse sobre la base de ser un tributo ecológico». E insistieron en reclamarle que se dé «marcha atrás» en el cobro, que «se reconozca que la ley (de aguas de Aragón) ha fracasado, que el plan (de saneamiento) es un desastre y que el modelo de financiación no ha funcionado». Parar esto se logra «si la voluntad política de los integrantes del fiasco lo decide».

Una consideración que en Zaragoza, a su juicio, se quiere trasladar al contribuyente como un «trastorno bipolar», entre la posición de la DGA, que es quien recauda, y la del ayuntamiento, que creen que «ha hecho todo lo posible» pero discrepan sobre cómo ha facilitado los datos del padrón para que se ejecute el cobro. «No sé si por el ambiente actual (refiriéndose a Cataluña), cada uno se embadurna en sus banderas para esconder sus vergüenzas», añadió Sampériz.

Anunciaron que están trabajando con otros colectivos en dar una respuesta contundente, aunque no quisieron avanzar qué tipo de movilización sería.