La red municipal de reparto de alimentos que la capital aragonesa puso en marcha con plan para combatir el riesgo de exclusión en la ciudad, más conocida como el programa Zaragoza Redistribuye, ha atendido a casi 200.000 personas en menos de dos años. Empezó con solo seis puntos de reparto y ahora ya son 15 en los distritos y barrios rurales. Y la demanda, obviamente, ha aumentado hasta el punto de que en solo 83 semanas funcionando el número de beneficiarios (en función de las integrantes de una misma unidad familiar) ya alcanza los 197.532, que significa multiplicar por diez las previsiones iniciales con las que arrancó el programa municipal, que esperaba socorrer a unas 20.000 en la ciudad.

Se trata de un resultado agridulce para el ayuntamiento, por lo que significa el aumento de las necesidades de sus vecinos en solo dos años y la valoración positiva de estar siendo útiles para los más desfavorecidos. Pero lo cierto es que solo teniendo en cuenta las cifras del 2014 ya es llamativo cómo se han incrementado las peticiones de este auxilio.

1.117 PACKS A LA SEMANA

Zaragoza, en este año, está repartiendo un 19% más de lotes semanales en los puntos de recogida hasta atender, solo en los primeros ocho meses del año, a 105.605 personas. Los pack alimentarios semanales que se han distribuido en total suman 77.870 en 83 semanas, pero la media de 938 cada siete días en todo este periodo contrasta con los 1.117 que se está promediando en este año, hasta alcanzar un global de 41.343 en solo ocho meses.

El punto de partida con el que se inició este programa Redistribuye, la primera red pública municipal de reparto de alimentos, nada tiene que ver con la radiografía actual. Las previsiones se han visto superadas rápidamente. La demanda ya se multiplica por diez, pero también se ha notado en el número de entidades que se han prestado a colaborar en la denominada Alianza Social Zaragoza, en la que ya hay un total de 32 socios aliados en la lucha contra la exclusión y la malnutrición.

También se están manejando cifras inesperadas en cuanto al volumen de comida que se canaliza a través de esta red. No en vano, han sido 1.035.671 kilos los que se han distribuido entre las familias que lo necesitan. Se trata, en global, de un promedio de 12,47 toneladas de comida a repartir cada siete días. Y proveerse de más alimento para que el suministro no se vea afectado, almacenarlo y coordinarlo para que llegue a los 15 puntos de recogida, y entregarlos. Para llegar incluso a los barrios rurales, gracias a la colaboración con Cruz Roja, o a los distritos en los que está presente.

El programa avanza con paso firme, pese al debate sobre la posible estigmatización de los beneficiarios que puede provocar una red de reparto de alimentos como esta. La discusión sigue y seguirá presente en el consistorio, entre los grupos políticos, pero las cifras demuestran que las necesidades aumentan en las familias que más ayuda necesitan. Así que seguirán a la búsqueda de nuevas fórmulas o mejorar las actuales, pero la demanda aumenta a mayor velocidad que la solución a esta discusión política.

Mientras, el programa municipal aún no ha alcanzado todas las fases que tenía previsto cumplir, como iniciar el reparto de comida precocinada, para lo que hace falta un mayor esfuerzo inversor. Pero lo llamativo es que un plan que nació con vocación de atender una demanda puntual de ayuda durante los efectos devastadores de la crisis económica lleva camino de perpetuarse.