La Asociación Legado Expo Zaragoza continuaba ayer con los actos programados para todo el fin de semana para celebrar con los ciudadanos el décimo aniversario de la muestra internacional del 2008, que proseguirá hasta hoy en el meandro de Ranillas. Y el público respondió a su llamada, para comprar mercadotecnia del evento , hacer una visita guiada o atender a las reflexiones del presidente de la asociación homóloga que se creó en Sevilla 92, Ángel Aramburu, quien trasladó un mensaje de sosiego a la capital aragonesa, porque el recinto «no está tan mal como se piensa».

«Las Expos se saben cuándo empiezan pero no terminan nunca», explicó, para referirse a todas esas infraestructuras que quedan para siempre en las ciudades, y aunque «faltan cosas por hacer», reconoció, «deberían estar orgullosos por cómo se encuentra».

Volver a reencontrarse con los recuerdos de la Expo era el objetivo de las centenares de personas que se pasaron por Ranillas. Y, entre la oferta, el recorrido por el interior de la Torre del Agua «es lo que más éxito tiene, ya que se llenaron todos los grupos de la mañana y de la tarde», afirmaron Juan Ibañez y Miguel Ipas, de la asociación Legado Expo. Hoy seguirán las actividades, igual que en el parque del Agua, que también celebra sus 10 años con una fiesta para Zaragoza.