El Pleno del Ayuntamiento de Zaragoza ha aprobado hoy finalmente por unanimidad el proyecto de ampliación y reforma del Parque Pignatelli, después de que ZeC llegara a un acuerdo de última hora con el PSOE y CHA al que se han unido también PP y Ciudadanos.

La semana pasada, el Grupo Socialista exigió al consejero Muñoz que retirara su expediente y se sentara a negociar sobre la base de que el proyecto debía autofinanciarse, lo que implicaba necesariamente aumentar la vivienda libre, ya que no estaban dispuestos a utilizar dinero procedente de los presupuestos.

Así lo hizo y finalmente lograron conjugar las exigencias de los socialistas con las de CHA, que condicionaba su apoyo a que el 30 por ciento de la vivienda fuera protegida, con lo que el proyecto final incluye 107 pisos, 30 de ellos de promoción pública.

Para la aprobación, ha sido necesario convocar previamente una Comisión extraordinaria de Urbanismo que diera luz verde al expediente para incorporarlo luego al Pleno con carácter de urgencia.

En su intervención, Pablo Muñoz ha resaltado el consenso y las cesiones por parte de todos, gracias a las cuales Zaragoza vive hoy un "momento histórico", porque entiende que las ciudades quedan definidas en buena medida por sus espacios de relación, como los parques.

Con casi 30.000 metros cuadrados, el parque casi duplica su superficie y se crea un auténtico "corazón verde" en la ciudad, en el que además se pone en valor a sus equipamientos singulares, como sus depósitos subterráneos, ha añadido.

Se trata, pues, de "un espacio con en el que sentirnos orgullosos de lo que estamos haciendo", ha insistido, además de poner en valor los equipamientos que se construirán en la zona, como la biblioteca o el centro de mayores.

El portavoz de Urbanismo del PP, Pedro Navarro, ha agradecido a Muñoz "lo mucho que ha cedido", ya que ZeC aseguraba en su programa electoral que no enajenarían suelo público "nunca, nunca jamás".

Ha señalado que el proyecto es bueno para la ciudad y que entiende que no ha sido fácil incluir en él 107 pisos.

La socialista Lola Ranera ha recordado que el proyecto quedó aparcado la pasada legislatura cuando el propio Muñoz, entonces en IU, se negó a apoyar que se incluyeran pisos en el parque.

Por tanto, le ha dado la bienvenida al cambio de posición pero le ha instado a quitarse "complejos", ya que "el suelo público es de los ciudadanos" y su venta garantiza inversiones para realizar equipamientos que de otra forma no se podrían pagar, como se hizo con la Harinera o Zaragoza Activa.

Tras insistir en su rechazo a que se hipotecaran los presupuestos sucesivos, ha dicho que se trataba del "mejor suelo de la ciudad" y que incluso se podrían haber sacado plusvalías.

El concejal de Ciudadanos Alberto Casañal ha definido la reforma del Pignatelli como un "gran proyecto de ciudad", "más que interesante" para unir barrios.

Sin embargo, ha reprochado a Muñoz que el expediente se haya enquistado en los últimos meses, aunque ha reconocido que ZeC ha sido quien más ha cedido y que el proceso participativo que pidió la formación naranja no fue "del todo mal".

Casañal ha sostenido que no cree que se lleguen a cubrir todos los gastos tal y como está planteado el proyecto, ya que estima que serían necesarias 200 viviendas, pero ha abogado por no cubrir al cien por cien todas las expectativas económicas porque, si no, no cabrían todos los equipamientos planteados.

Leticia Crespo, de CHA, ha apuntado que "quien gana es la ciudad" porque el proyecto cumple con las expectativas generadas en el proceso participativo, así como con las exigencias planteadas por los grupos, de la que ha destacado la suya de que el 30 por ciento de la vivienda fuera de promoción pública, que finalmente se ha quedado en el 28 por ciento.

El Pleno también ha sacado adelante -con los votos de PP, PSOE y Ciudadanos y el voto en contra de ZeC y CHA- la reordenación de la parcela del antiguo colegio Lestonnac, en la que se pretende instalar un supermercado.

Tanto el consejero de Urbanismo como la representante de CHA se han opuesto a ello por el rechazo que genera en el vecindario y las afecciones al pequeño comercio.

Por contra, la creación de empleo, la plusvalía para el Ayuntamiento y el acceso a la Z-30 que conseguirían los vecinos de esta zona de Torrero han sido los argumentos esgrimidos por PP, PSOE y Ciudadanos para votar a favor.