La reforma integral del Mercado Central de Zaragoza costará más de 10 millones de euros. El proyecto contempla modernizar y ampliar las funciones de las instalaciones, limitadas al mercado de abastos, jugando un papel de plataforma de comercialización y distribución de la huerta zaragozana y del producto agroecológico. No se limitará a la venta de alimentos, sino que se complementará con zonas de ocio y degustación. El futuro de este tipo de mercados pasa por crear usos complementarios que atraigan a más público y más variado. Aunque, desde el punto de vista arquitectónico, la estructura se mantedrá intacta.

La gran incógnita que todavía está pendiente de despejar es la futura reubicación temporal de los actuales puestos de venta durante el tiempo que duren los trabajos. Todo apunta a que se instalarán en una gran carpa instalada en la avenida César Augusto y que la remodelación se hará en una única fase. Para agilizar los plazos de ejecución y también las afecciones a estos puestos.

Por lo menos esta es propuesta inicial que barajaba el ayuntamiento, que también apostaba por el derribo de los arcos, declarados Bien de Interés Cultural (BIC), para colocar durante los meses que dure la reforma las casetas. La última decisión la tiene que tomar Patrimonio. Solo de esta manera se evitaría la dispersión de los puestos y se podría realizar la reforma de una sola vez y no por tramos.

TIPO DE CONCESIÓN

El consistorio tiene que aprobar el proyecto definitivo --realizado por Ingennus y Baika-- este mes. Fuentes oficiales del área de Urbanismo explicaron que «está muy avanzado» y que ahora las diferentes áreas implicadas tienen que cotejarlo con los agentes sociales que participaron.

Entre las decisiones que debe tomar destaca el tipo de concesión que se realizará con los detallistas. Ahora están en precario, después de que sus licencias caducaran. Existen dos posibilidades. Por un lado, y siguiendo el ejemplo del mercado de Barcelona, se propone realizar una concesión individual, aunque los tenderos tendrían la obligación de asociarse en una cooperativa o una asociación de minoristas. Sin embargo, el pago del canon sería individual.

Si no fuera así, está la opción de adjudicársela a una única asociación cooperativa, como sucede en Vitoria. Ahora mismo, los detallistas tienen concesiones individuales. La tendencia actual es que haya una entidad detrás que regule las actividades del mercado de abastos al no limitarse únicamente a la venta de productos alimentarios.

INSTITUTO DE MERCADO

De hecho, se baraja la posibilidad de crear un Instituto de Mercado que se encargará de dinamizar los proyectos que se lleven a cabo en el interior de las instalaciones con el resto de establecimientos del barrio y lograr una sinergia con los locales de los alrededores.

El proyecto incluye la restricción al tráfico en la zona este del mercado, entre las calles Manifestación y Torre Nueva, donde se instalarían veladores y puntos de venta ecológico varios días a la semana, además de una zona de ocio en el interior. También se plantea crear una primera planta que se destinaría a usos complementarios de venta de productos ecológicos e, incluso, un aula en la que impartir cursos.