El Ayuntamiento de Zaragoza puso rumbo ayer a la aprobación de la reforma del impuesto de la plusvalía. Con los apoyos de Ciudadanos (Cs) y el PSOE, salió aprobada en la Comisión de Economía celebrada ayer la propuesta normativa que planteaba el PP para ampliar las bonificaciones actuales del 95% a todas las viviendas habituales que se hereden a partir de ahora en la ciudad, sin el límite de 150.000 euros que ahora estaba vigente para ofrecer ese descuento, y un 20% para una segundo inmueble. Una decisión que, al margen de la enésima brecha abierta en la izquierda municipal, obligará a revisar la previsión de ingresos del presupuesto para el 2019, recientemente aprobado, ya que reducirá la recaudación en «5 o 6 millones de euros».

El texto que salía adelante incorporaba los votos particulares del PSOE, que limitaba a una la propiedad adicional a la que aplicar ese 20% de descuento y siempre que no supere los 150.000 euros de valor catastral del suelo, y otro de Ciudadanos (Cs), que ampliaba de 5 a 10 años el requisito de residencia efectiva del fallecido en el inmueble a heredar, porque son muchas las personas mayores que acaban pasando los últimos años de su vida en un centro asistencial. Es, a efectos prácticos, los avances de una reforma que en la izquierda, como ya ocurrió con el pacto del impuesto de Sucesiones en las Cortes, levanta chispas. Más aún con un PSOE que apoya en esto a la derecha y que para el presupuesto del 2019 ni se sienta a hablar.

Tanto el responsable de las finanzas municipales en el Gobierno de ZeC, Fernando Rivares, como el nacionalista Carmelo Asensio arremetieron contra la reforma. El primero la calificó de «bastante irresponsable, contradictoria e incoherente» por parte del PP y criticó que «quieren privilegiar a los ya privilegiados». Su argumento se basa en que se equipara la bonificación que la izquierda ha conseguido en los últimos años para 10.887 herencias, de los inmuebles valorados en hasta 150.000 euros, a aquellos que superan esa barrera, «342 el último año, el 1,6% del total». «¿Los conocen? ¿Son amigos suyos?, les preguntó.

Para Asensio, la reforma busca «beneficiar a unos pocos, que son los que más tienen» y «regalarles 3,2 millones», los ingresos que aminoran al consistorio. «Es injusto, inapropiado y es una torpeza en este momento, cuando el Gobierno central tiene que modificar la ley que lo regula», dijo.

««Tienen muy mal perder», replicó la conservadora María Navarro, quien respondió a ZeC y CHA que «no tienen más discurso que el de los ricos y pobres y eso está superadísimo». «¿Cómo pueden decir eso cuando su líder se ha comprado un casoplón de 700.000 euros?», añadió, en referencia a Pablo Iglesias, secretario general de Podemos. A su juicio, era un argumento «demagógico y falaz» porque «no tienen argumentos» para no apoyar una reforma de la que se beneficiarán «3.000 zaragozanos», aseveró.

El socialista Javier Trívez, por su parte, expuso que hasta ahora con la izquierda «se había llegado prácticamente a solucionar todo el problema» y que ampliar las bonificaciones lo concluye. Mientras, Sara Fernández, de Cs, lamentó que ZeC y CHA intenten «trampear las cifras» para no sumarse y fue la que más claro dejó que este pacto reedita el de Sucesiones. Por si a alguien le quedaba dudas.