El presidente de la Comunidad General de Riegos del Altoaragón, César Trillo, ha advertido hoy que la cuenca del Ebro necesita de nuevas regulaciones para garantizar el suministro de caudales y para "no continuar hablando de sequía" en los próximos años

Trillo ha hecho esta afirmación tras presidir una Junta Ordinaria de su organización que se ha centrado, sin embargo, en la situación de excepción creada por la sequía, en los efectos del cambio climático y en la necesidad de acometer la campaña de riegos con cupos ya desde sus inicios.

En declaraciones a los medios, el responsable regante ha explicado que las precipitaciones de nieve registradas en el Pirineo no son una garantía para el sistema debido a su comportamiento no previsible, lo que obliga a la Comunidad General a administrar el agua almacenada en los embalses.

Según ha explicado, "la sequía está ahí, y cuando la situación es así, lo único que se puede hacer en ese momento es gestionar la miseria".

A su juicio, uno de los motivos de esta situación es la elaboración, por parte de la administración, de planes de sequía carentes de previsiones para que las próximas situaciones de carestía "hagan menos daño que la actual".

Tras las graves sequías previas sufridas en Riegos del Altoaragón en 2005 y 2012, Trillo ha defendido que la "mejor manera" de prevenir estas situaciones son las obras de regulación, que en el Guadiana garantizan, si están llenos los embalses, 5 años de reservas o 2 en la cuenca del Guadalquivir.

Ha agregado a renglón seguido que el Ebro es el "peor" río regulado del país, con obras de regulación insuficiente aún con los embalses llenos para garantizar un único año de campaña.

"Dependemos totalmente de que el tiempo se comporte", ha explicado Trillo, para quien el futuro embalse de Almudévar puede modificar la situación del sistema una vez construido.

"Si hubiéramos tenido lleno Almudévar en 2017, no habríamos consumido el agua y tendríamos ahora 170 hectómetros cúbicos que nos permitirían ver la cosa de otra manera".

En su opinión, "necesitamos de regulaciones, y si no seguiremos hablando de sequía, desgraciadamente muy a menudo, en la cuenca del Ebro, que tiene esta asignatura pendiente".

Tras destacar que las regulaciones podrían laminar las riadas y minimizar así los efectos de las inundaciones, ha advertido que también la modernización de los regadíos es una forma de optimizar los recursos.

Sin embargo, ha añadido, las cantidades destinadas tanto a modernización como a regulaciones son insuficientes para hacer frente a la actual situación.

A este respecto, ha considerado "falso" que Riegos del Altoaragón se oponga al desarrollo de nuevos regadíos en Monegros II, aunque ha defendido la necesidad de "ordenar" los recursos para garantizar el suministro necesario.

Ha explicado que las prioridades de su organización son las zonas de Monegros y de la Hoya de Huesca, aunque ha destacado al tiempo que sin regulaciones sólo se conseguirán "cupos severos y repartir miseria".

El presidente de Riegos del Altoaragón ha destacado que a consecuencia del cambio climático, se está instando a los regantes desde distintos foros a oponerse a nuevos regadíos, aunque ha expresado a renglón seguido su voluntad de defender Monegros II si se llevan a cabo nuevas regulaciones.

Por su parte, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Raimundo Lafuente, que ha clausurado el encuentro de los regantes, ha confirmado el inicio de los trabajos previos de construcción del embalse de Almudévar, cuya finalización se prevé para mediados de 2021.

Respecto al plan de restitución reclamado por los municipios afectados, Lafuente ha señalado que se llevarán a cabo en paralelo a la obra principal.

"Las necesidades de los ayuntamientos -ha subrayado- también van evolucionando con el tiempo, por lo que el plan de restitución debe de ser algo vivo y no una foto-fija".

Del proyecto de Biscarrués, el responsable del Organismo de cuenca se ha limitado a admitir que la demanda interpuesta por la asociación de afectados ha supuesto un "parón" para los trabajos que va a exigir un replanteamiento de la declaración de impacto ambiental.

Como Trillo, Raimundo Lafuente ha admitido que la cuenca del Ebro es de la "menos" regulada del país, con embalses de ciclo anual y con consecuencias negativas para los riegos si se registran años secos.