La Federación de Regantes del Ebro (Ferebro) ha expresado hoy su rechazo a las "pretensiones" del Gobierno catalán en relación a los caudales ecológicos del río al entender que "atenta" contra la unidad de la cuenca y ha advertido que podría derivar en una "ruptura de la paz" en la gestión del agua.

Los regantes aseguran en un comunicado que el régimen de caudales ecológicos en Tortosa propuesto en el Plan del Ebro 2010-2015 no sólo se basa en criterios técnicos que se apoyan en métodos hidrológicos y de hábitat sino que es superior a los establecidos en otras desembocaduras de ríos españoles.

Consideran, además, que los criterios establecidos son "suficientes" para justificar el volumen de caudal ecológico fijado y argumentan que por tanto "no cabe discusión" sobre otro posible régimen no fundamentando en la disponibilidad de recursos.

Señalan los regantes que el régimen de caudales ecológicos en Tortosa se fijó bajo el principio de unidad de cuenca y fue apoyado de manera mayoritaria por los miembros del Consejo del Agua de la Cuenca del Ebro, órgano de representación de administraciones, usuarios e investigadores.

A su juicio, "vulnerar el principio de unidad de cuenca con la imposición de caudales propuestos por la Generalitat de Cataluña tiene consecuencias que van desde la vulneración de aspectos jurídicos, a la desacreditación de estructuras de participación como el Consejo del Agua y de graves implicaciones políticas".

Los regantes advierten que con la propuesta realizada "hablamos de poner en riesgo la paz y seguridad jurídica de la gestión del Ebro, con efectos no predecibles".

En su escrito, insisten en mostrarse partidarios de la unidad de cuenca como un "principio básico de la gestión eficaz, coherente y solidaria de agua de nuestros ríos", y reiteran su "radical oposición a cualquier trasferencia de competencias que implicase la fragmentación de la cuenca hidrográfica como unidad de gestión".

Señalan a este respecto que esta ruptura supondría una "pérdida de protagonismo de la Confederación Hidrográfica del Ebro en la gestión del dominio público hidráulico".

Destacan, asimismo, que con la propuesta hecha desde Cataluña la comisión de desembalse de Mequinenza "carecería de sentido" ya que el régimen de explotación vendría impuesto por los caudales ecológicos obligatorios.

Los regantes argumentan que con los caudales solicitados, en 2012, un año de sequía, el embalse de Mequinenza hubiera estado semivacío y no hubiera podido suministrar caudales al Delta, con el "correspondiente desastre económico ambiental", añaden.

Afirman, además, que los regantes catalanes, "conocedores de la importancia de la unidad de cuenca", no sólo apoyaron el Plan Hidrológico del Ebro sino que junto a Ferebro "trabajan en la defensa de un documento que es fruto de un importante ejercicio democrático, fruto del consenso y del acuerdo".