La reincidencia de menores que cometen delitos no supera el 15% en Aragón, la Comunidad Autónoma con la tasa más elevada de resoluciones extrajudiciales de este tipo de delitos, ya más del 40% de los casos pueden resolverse con medidas de conciliación-reparación que evitan la judicialización.

Así lo han puesto de manifiesto la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto, la responsable de los Servicios Equipo de Medio Abierto (EMA) y Equipo de Atención Educativa a Menores de 14 años (EMCA), Mari Carmen Sierra, y el educador del EMCA, Pascual Jiménez. La consejera ha visitado las instalaciones de trabajo de estos grupos.

Ambos programas se centran en la prevención, la atención integral al menor, a su entorno y a la víctima, así como la labor educativa para evitar la reincidencia. Ese trabajo, según Broto, "evidencia la voluntad del Gobierno de Aragón de establecer bases firmes y coordinadas para evitar y reconducir, cuanto antes, situaciones conflictivas que tienen como protagonistas a menores y que, gracias a la educación y la mediación, pueden ser abordadas y encauzadas, dando a estas chicos y chicas una nueva oportunidad y reparando a las víctimas".

Además, la consejera ha prevenido contra la creencia de que "hay menores infractores que comenten delitos" sino que la "obligación" de los adultos es revisar el "concepto de infancia" con el objetivo de que "la sociedad sea mejor". Así, ha llamado a "ser proactivos, prevenir" y cuando se produzca el delito, "actuar entre infractor y víctima" para "tomar medidas y que no vuelva a suceder".

Respecto a la mediación, Broto ha explicado que el proceso busca que el infractor reconozca el delito cometido y que la víctima "sienta que ha obtenido una respuesta" porque se han adoptado "las medidas necesarias". "Lo que queremos es trabajar con ellos y no quedarnos en el llanto de cuantas infracciones cometen los menores".

MÁS DE 10.000 JÓVENES

El EMCA funciona desde el año 2003 y por sus programas han pasado un total de 2.638 chicos, mientras que el EMA entró en funcionamiento en 1993 y ha trabajado con 7.886 chicos en la última década.

El equipo de trabajo de menores de 14 años infractores a la ley lo integran tres educadores que tienen como objetivo evaluar, corregir o derivar las situaciones de conflicto mediante la educación en valores de convivencia y la introducción de cambios en su entorno familiar y social que posibiliten su desarrollo como persona.

En este sentido, el educador del EMCA, ha recordado que estos niños y niñas no son imputables, y en otras comunidades y de acuerdo con los instrumentos de valoración, aunque hayan cometido un delito, "solo se actuaría con aquellos que estén en situación de desprotección, que son un 5%". En esta línea, ha añadido que al poder trabajar con todos, lo que está haciendo el centro es "abordar la situación, prevenir que vaya a peor y reparar a la víctima".

Según ha explicado Pascual Jiménez, el éxito de este programa --que ha sido tomado como ejemplo en Cataluña, Baleares, Castilla León y Cantabria-- radica en que su acción se centra en tres pilares: la situación personal y familiar del menor, el hecho infractor que se ha cometido, y la víctima.

A este respecto, el educador ha considerado que el resultado de estas intervenciones suele ser "bastante satisfactorio" pues, la versión de la víctima resulta "muy importante" para que el menor que delinque corrija estas conductas.

Asimismo, los educadores llevan a cabo una labor individualizada con los chicos y sus familias y las medidas que se establecen para reconducir la situación pasan por acuerdos familiares y sociales, amonestaciones o educación vial, entre otros.

Los otros ejes sobre los que pivota el programa son las acciones preventivas y de promoción de derechos y deberes de los menores, que radican en la actuación del equipo cuando es requerido por un centro educativo, un agente social o una localidad para evitar que un conflicto vaya a más.

TIPOS DE DELITOS

Preguntado sobre el tipo de delitos que cometen los menores, Jiménez ha precisado que, en su mayoría son "infracciones leves" como pequeños hurtos o agresiones a compañeros y que las más graves se producen por parte de los mayores de 14 años.

Sobre los motivos que llevan a los jóvenes a realizar estas acciones, el educador ha explicado que, a partir de los 12 años, con el paso a la Educación Secundaria Obligatoria, los menores experimentan un "cambio cultural" por el que pasan a exponerse sin la presencia parental a la sociedad y, en la mayoría de los casos, "desconocen lo que es delito y lo que no".

MALTRATO A PADRES

No obstante, ha revelado que cada vez se producen más casos de maltrato a los padres por parte de los jóvenes, en especial relacionados con situaciones de dependencia a medios audiovisuales como las tablets o los móviles que, cuando son retirados por los padres o tutores, generan "agresividad" en los jóvenes que puede derivar en situaciones más graves contra los padres.

El EMCA ha impulsado también intervenciones comunitarias en algunas comarcas como Bajo Aragón-Caspe o Campo de Daroca, entre otras, para actuar con todos los agentes que están en contacto con menores para actuar de manera coordinada sobre situaciones de conflicto, aun cuando están en una fase inicial.

En el caso del Equipo de Medio Abierto, el éxito de este programa radica en que Aragón es la comunidad autónoma de España con la tasa más elevada de resoluciones extrajudiciales en delitos cometidos por menores a partir de los 14 años ya que, según ha explicado la responsable de los servicios del EMA, más del 40% de los delitos "pueden resolverse con medidas de conciliación-reparación, con las que se evita la judicialización, se interviene inmediatamente con el menor y se actúa con las víctimas".

Al igual que ocurre con los menores de 14 años, la gran mayoría de los chicos que delinquen son españoles, el 70% son varones y el delito más frecuente entre los 14 y los 18 años son los hurtos y las lesiones.

PEDIR PERDÓN Y REPARAR EL DAÑO

En el caso de la conciliación-reparación, el equipo de educadores --integrado por 13 profesionales--, establece qué labores debe realizar el menor para reparar el daño causado, como la colaboración en entidades sociales, como residencias, centros de personas con discapacidad o ludotecas, o realizar actividades educativas con el equipo del EMA.

Además, el autor del daño siempre debe pedir perdón a la víctima y llevar a cabo una reparación relacionada con el hecho delictivo. En el caso de las medidas judiciales, las resoluciones pasan por la libertad vigilada y los servicios en beneficio de la comunidad.

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