En cuanto descubrieron que entre el grupo de autoridades que se sentaba a la mesa presidencial estaba Luis Roderas, el popular presentador de televisión, cundió el nerviosismo y la expectación entre los más de 400 estudiantes aragoneses que asistieron ayer a la presentación de la nueva temporada de EL PERIODICO DEL ESTUDIANTE. El acto comenzó con tono oficial cuando Jaime Armengol, director de EL PERIODICO DE ARAGON, recordó que el proyecto de EL ESTUDIANTE tiene ya una trayectoria de ocho años y engloba a más de 60 centros de todo Aragón. Armengol indicó que la clave hoy "es saber informarse porque hemos pasado de la escasez a la sobreabundancia de información".

Después, el director general de Ibercaja, José Luis Aguirre, señaló que la presencia en la sala de tanta gente joven y con tanta energía es, precisamente, "el espíritu que nos alienta a patrocinar iniciativas como EL ESTUDIANTE". La responsable de Cultura de la Diputación Provincial de Zaragoza, Cristina Palacín, aseguró que para esta institución, EL ESTUDIANTE es un reto porque supone "posibilitar herramientas para construir una ciudadanía crítica, es una mano tendida a los jóvenes".

En la mesa estaban también representadas la Diputación de Huesca, a través del diputado y alcalde de Fraga, Vicente Juan, y la Diputación General de Aragón, mediante la consejera de Educación Cultura y Deporte, Eva Almunia. La consejera explicó a los jóvenes que existe un "compromiso para formaros para que cada vez seáis más libres y aprendáis a vivir en democracia".

Y después de los discursos oficiales, el tiempo estelar de Luis Roderas. "Es un lujo que alguien os tenga en cuenta, como hace EL PERIODICO DEL ESTUDIANTE", dijo, recordando que en sus tiempos no existían iniciativas como ésta. Después, convertido en brillante showman, se deshizo en anécdotas, palabrería, interpretación y entusiasmo. "Luchad por vuestros sueños", repetía. Todo ello amenizado con un sinfín de historietas sobre su trayectoria profesional, el Un, dos tres y su gran maestro: Chicho, Narciso Ibáñez Serrador, "quien me ha hecho el mejor regalo profesional de mi vida". A veces, el auditorio parecía venirse abajo. De risa, claro. A algunos hasta les asomaban las lágrimas. Y otros, casi se caen de la butaca. Y eso que él no se considera cómico, sólo "desenfadado". Después de los aplausos, un reguero de estudiantes, armados con boli y papel, se dirigieron hacia él, dispuestos a exprimirlo. Así que se sentó entre ellos a firmar pacientemente, mientras algún alumno vociferaba: "¿Quién quiere un cacho de papel?".

CHUS MARCHADOR