Renfe está harta de limpiar trenes por culpa de las pintadas. Por eso ha emitido un comunicado bromeando con la posibilidad de que el propio colectivo de grafiteros pudiera pedir disculpas "a todos los viajeros a los que afectan de forma directa o indirecta diariamente" y que estuvieran dispuestos a asumir los costes de limpieza.

La entidad asume que una disculpa pública es imposible, pero destacan lo que sí es una realidad es la lacra que suponen los grafitis para los ciudadanos y particularmente para los servicios de de Renfe en Aragón. "Los clientes sufren directamente los trenes vandalizados con pintadas", explican. Eso produce una sensación “de efecto túnel” durante todo el trayecto, retrasos y trenes suprimidos por carencia de visibilidad o pintadas a los elementos de seguridad que impiden la circulación y el olor de este producto químico es muy molesto para los viajeros, entre otros.

Además, destacan que Renfe denuncia todas las intrusiones y durante el año pasado se interpusieron 68 denuncias en Aragón. En este año, con varios meses de confinamiento, ha visto como más del 75% de los trenes está circulando con grafitis. Además indican que cerca de 300.000 euros es lo que ha costado a los ciudadanos de Aragón limpiar grafitis en el 2020, y han tenido que actuar sobre una superficie de 7.000 metros cuadrados.

"Los grafiteros impiden a Renfe operar con normalidad", indican. Y detallan que obligan a alterar la programación de los recorridos de estos trenes para organizar la retirada de la pintada por los servicios de limpieza "así como dejar el tren inmovilizado más tiempo del previsto lo que comporta una modificación de la logística de distribución de los trenes", denuncian. Por eso ven imposible que los culpables emitan esa nota de disculpa "a cara descubierta y de día".