Dos jóvenes zaragozanos se enfrentan a una condena de año y medio de prisión como supuestos autores de un grafito de grandes dimensiones que se realizó en un tren de media distancia, en la estación de Delicias. Son los que pidió Renfe, en un juicio celebrado ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 de la capital aragonesa. La gestora ferroviaria reclama además los 3.800 euros (en realidad más, ya que le añade el IVA) que costó la limpieza de la pintada, que considera constitutiva de un delito de daños. La Fiscalía, que inicialmente no acusaba, redujo la condena solicitada a una multa.

Los jóvenes, defendidos por la abogada Ana Sebastián, negaron su autoría. Según aseguraron, el día que un vigilante de seguridad les vio en el recinto de la estación solo iban a comprar unos billetes. El vigilante explicó que les vinculó con el incidente de la pintada por su «estética rapera», al llevar gorra y vestimenta asociada al colectivo.

La letrada incidió en su defensa, en primer lugar, en que fueron identificados por el guardia de seguridad dos días después de que ocurriera la pintada. Y lo fueron solo por su vestimenta, lo que a su juicio supone «criminalizar» a la cultura del hip hop.

Y en cualquier caso, argumentó, habría que dejar de considerar los grafitos como vandalismo, cuando se trata de «arte urbano», y por tanto no habría que tipificarlo como delito. Más en casos como este, en el que se trataba de un dibujo, no de firmas como las que habitualmente decoran los trenes y los túneles.

Los hechos se produjeron en realidad a finales de marzo del 2016, por la época en que otro joven fue detenido en Casetas por hechos similares, y los jóvenes fueron localizados en abril. El caso tardó en llegar a los juzgados zaragozanos porque Renfe lo denunció en Barcelona. No es el primer juicio por pintadas en trenes que tiene lugar en los juzgados, y la compañía mantiene el criterio del delito de daños.