«No recuerdo ya cuántas entrevistas he concedido estos días». El alcalde de Villanueva de Sijena, Alfonso Salillas (PAR), ha sido una de las personas más buscadas en las últimas semanas. Desde que el juzgado de primera instancia de Huesca decidiera vincular el futuro de los bienes del monasterio retenidos en el Museo de Lérida a la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña todas las miradas se han centrado en el pueblo monegrino.

Acostumbrados a lidiar con los medios de comunicación a temporadas y a golpe de victoria judicial, lo vivido por los vecinos desde finales de noviembre excede épocas pasadas. «Es una lástima que en Madrid no se hubieran hecho eco sobre este caso mucho antes», indica Salillas. La fecha clave es el próximo lunes, pues es el límite para gestionar la entrega de las 44 obras, entre ellas unos sarcófagos y varios bajorrelieves de alabastro.

La propietaria del bar de la calle Diputación, Inma Gros, dice estar un poco de vueltas sobre el proceso. Sin embargo, en uno de los cajones bajo la máquina de cafés guarda gran parte de los recortes que se han ido publicando el el periódico de la provincia. «Confío en que esta vez sea la vuelta definitiva», remarca.

Villanueva ha estado en las portadas de todos los medios estatales y su proceso judicial se ha equiparado a conflictos históricos como la reclamación por parte de Grecia de los mármoles del friso del Partenón custodiados en el Museo Británico.

Los reporteros de los programas matinales han realizado conexiones en directo y en las tertulias de la radio se han debatido hasta la saciedad las consecuencias de los dictados judiciales. «Esto se tendría que haber empezado mucho antes, independientemente de lo que pasara en Cataluña», expresa el viajante zaragozano Alberto Navarro.

Los turistas catalanes no son especialmente numerosos en la localidad. La atención por las piezas devueltas suele ser más intensa entre los aragoneses. En la casa rural de Villanueva, sin embargo, suelen alojarse visitantes llegados de las provincias de Lérida y Tarragona. «Todos son muy educados y vienen por la tranquilidad de la zona», expresa Miguel Alastruey.

Patrimonio local

Cualquier resolución se analiza con lupa en los corrillos. Los clientes de la tienda de la calle Alfonso tienen opiniones contrapuestas, pero solo en los detalles. Unos creen que el lunes las piezas llegarán al museo. Otros consideran que tardarán un poco más. Coinciden en el apoyo a la labor del alcalde en su defensa del patrimonio local. «Somos un pueblo privilegiado y tenemos que ser capaces de sacarle más partido», indicó María José Mir, una de las vecinas. La propietaria del comercio, Margarita Atarés, insiste mientras trocea un cordero en la misma idea. «Los catalanes llevan ya mucho tiempo presumiendo de obras que no son suyas», asegura.

La batalla judicial sijenense abarca varios frentes, algunos de los cuales todavía están lejos de una resolución. Lo que pueda pasar el lunes, fecha de la probable devolución, supondrá una inyección de esperanza. «Desconocemos los detalles de la entrega, pero lo cierto es que es una buena noticia que se esperaba desde hace mucho tiempo», destaca Salillas.

El alcalde siempre ha intentado que los avances logrados en cada sentencia no se interpretaran como una victoria en un supuesto enfrentamiento con Cataluña y siempre ha presentado el proceso en términos jurídicos. «La clave está en que nunca se ha podido demostrar que los pagos por las piezas, en el caso de que se produjeran, fueran legales», destaca. Y pone el ejemplo habitual: «No se puede vender algo de lo que no eres propietario».

En las entrevistas que ha concedido a diestro y siniestro también ha colado otra idea. «Nuestros abuelos ya nos advertían de que se estaban llevando las piezas del monasterio», destaca.

El pueblo por ahora se prepara para aprovechar la curiosidad que ha despertado la lucha de los vecinos en defensa del patrimonio. Destacan que la visita a Villanueva se puede completar con un recorrido por la casa natal de Miguel Servet, en el que una socorrida exposición muestra de forma didáctica la azarosa vida del científico y teólogo quemado en Ginebra. Además, y en las proximidades, puede hacerse un recorrido por la cartuja de Las Fuentes, recientemente adquirida por la Diputación Provincial de Huesca. «En otros sitios se sacaría más partido», asumen.