Las reservas de nieve en las vertientes cantábrica y pirenaica de las cuencas del Ebro y del Garona era el pasado 26 de marzo de 1.602 hectómetros cúbicos, un valor superior al de hace un año (1.481) y también al del promedio de los últimos cinco años, situado en 1.354.

Estos datos reflejan que el invierno 2016-2017 ha sido más pródigo en precipitaciones en forma de nieve, en particular en las cuencas del Aragón (130 hectómetros cúbicos), el Gállego (142), el Cinca (163), el Ésera (158), el Noguera Ribagorzana (161) y el Noguera Pallaresa (337).

Esto supone un total de aportaciones de 3.167 hectómetros cúbicos, cifra que igualmente se sitúa por encima de la de hace un año y del promedio del periodo 2012-2017, según indicaron ayer fuentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

Sin embargo, el incremento de las reservas no es uniforme y se produce solo en determinadas cuencas, como la del Cinca hasta Escalona, la del Ésera hasta el embalse de Barasona y la del Noguera Ribagorzana hasta Pont de Suert.

Con todo, según las tablas facilitadas por el organismo de cuenca, las aportaciones de hace un año y de hace cinco eran superiores a las actuales (de 2.984 y 3.541 hectómetros cúbicos, respectivamente), lo que apunta a una distinta evolución de la meteorología, con unos deshielos más intensos o concentrados.