El Ayuntamiento de Borja tiene previsto terminar antes de que finalice el año las obras de rehabilitación de la residencia del antiguo hospital Sancti Spiritus, que se han venido realizando en el inmueble en sucesivas fases desde el año 1996.

La residencia ocupa lo que fuera en el siglo XVII un convento de Capuchinos, y posteriormente hospital, una construcción de tres plantas y falsa, articulada alrededor de un patio central, que ocupa una superficie de más de 2.800 metros cuadrados, sin contar con la iglesia anexa al mismo.

El conjunto conventual y el coro están siendo utilizados actualmente y desde hace muchos años como residencia de ancianos. Al tratarse de un edificio de considerable antigüedad, cuyo mantenimiento arquitectónico dejaba bastante que desear por haber sido insuficiente el presupuesto destinado a ello, se apreciaron serias deficiencias en su estado físico, agravadas por el intenso tráfico rodado pesado que transita por la carretera N-122 que discurre a poco más de un metro de distancia respecto al antiguo convento, según señaló en su informe el arquitecto Carlos García Toledo.

El acelerado proceso de degradación, que podía haber desencadenado un estado de ruina motivó que el Ayuntamiento de Borja, a través de la Fundación Hospital Sancti Spiritus, iniciase su recuperación en la que hasta ahora han sido invertidos más de 1.267.000 euros, y para la que se ha contado con la ayuda del Gobierno Aragonés a través del IASS, además de los recursos propios del consistorio y otras aportaciones institucionales.

Con esta última fase el edificio quedará rehabilitado en su totalidad y permitirá incrementar hasta 44 las plazas de residentes que ahora utilizan 28 mujeres que son atendidas por seis monjas de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana y ocho trabajadoras contratadas por el ayuntamiento.

El alcalde de Borja, Luis María Garriga, ha calificado la obra de "larga y difícil", ya que se ha venido realizando permitiendo la actividad normal de las residentes, y ha añadido que "ha merecido la pena la inversión económica dado el marcado carácter social de la instalación". Para el primer edil, la actuación realizada supone "una enorme satisfacción como alcalde" ya que ahora la residencia "dispone de unas instalaciones totalmente adaptadas a las necesidades actuales".

No obstante, Garriga ha señalado que "todavía queremos ir un poco más lejos" y se ha pensado ya en la recuperación del antiguo cuartel de la Guardia Civil, un edificio anexo que permitiría la ampliación de la residencia y su conversión con carácter mixto. Igualmente se tiene previsto acometer la rehabilitación de la iglesia que forma parte del conjunto del convento donde se instalará el Museo del Rosario de Cristal de la ciudad.