La situación de las residencias de la tercera edad aragonesas sigue empeorando a medida que avanza el segundo brote de coronavirus. En solo una semana, de hecho, se ha pasado de 42 a 52 brotes activos, una incidencia que ha disparado todas las cifras, como los residentes contagiados, que han subido de 780 a 864, casi un centenar más , o el número de trabajadores positivos, ahora situado en 263 frente a los 222 que había el 24 de septiembre.

Paralelamente, en el mismo periodo han sido ingresados en hospitales 20 residentes más, con lo que ya son 93 en total en esta segunda oleada de covid-19. Y el triste corolario es que, asimismo, se ha incrementado el número de fallecidos, con una estadística que deja 175 víctimas mortales, 13 más que a finales de septiembre.

Mientras tanto se producen algunos datos que invitan a un moderado optimismo. Así, el director general de Salud Pública de la DGA, Francisco Javier Falo, señaló que en el caso de Andorra, localidad sometida a un confinamiento perimetral, hace una semana había unas tasas de 1.000 infectados por 100.000 habitantes, mientras que ahora, «por lo recogido hasta la semana pasada, están en tasas que se sitúan alrededor de 500 por 100.000, con tendencia descendente». Por ello, indicó, su departamento «se ha planteado que lo podemos desconfinar», si bien se van a mantener las medidas de distancia social, por lo que la localidad se va a mantener en fase 2».

Por otro lado, en la localidad de Alcorisa, en el Bajo Aragón, la situación se ha estabilizado tras el fuerte repunte de hace una semana. Ahora mismo, en la residencia de La Purísima hay 30 residentes positivos y 14 negativos, al tiempo que los trabajadores con covid-19 son 13 de un total de 20. «por lo que ha habido que contratar más personal», según el director del centro, Javier Figuerola, que subrayó que uno de los 9 ancianos hospitalizados vuelve a la residencia, lo que se interpreta como un signo de que las cosa empiezan a cambiar para mejor.

Por su parte, Falo indicó que su departamento sigue «muy atento a la evolución que tienen otros municipios y otros ámbitos geográficos donde la incidencia en un momento determinado puede subir». Así, afirmó que Huesca ha estado todo el verano con unos datos que nunca terminaban ni de bajar ni de subir, «pero estas semanas ha sufrido subidas suaves».

Además, incidió en que también hay territorios del Bajo Aragón donde se ha mantenido una actitud «muy expectante y con mucha cercanía».

Además, informó de que La Almunia también tiene un incremento de casos que se está vigilando «de cerca». «Nada de lo que pasa en el territorio es ajeno a que lo miremos con lupa», añadió Falo, que se refirió a la aplicación flexible de medidas en función de los datos.