Todos coinciden en que lo que están viviendo ahora no lo enseñan en las facultades. Inimaginable e impensable son los adjetivos que repiten cuándo se les pregunta si en su primer año como médicos y enermeros internistas residentes, allá por el 2017, se les había pasado por la cabeza que una pandemia mundial pondría en jaque al planeta. «Esto nos ha atropellado a todos», cuenta Carlos Orellana, hondureño de nacimiento pero maño de adopción. Este neumólogo llegó al hospital Miguel Servet de Zaragoza para realizar su residencia y, cuando la terminó, un contrato inmediato le permitió continuar en el servicio. «Mi idea era volver a Honduras y al final aquí sigo. Profesionalmente, la necesidad de contar con más personal nos permitió a los residentes que terminábamos acceder a varios contratos como médicos adjuntos», explica.

Su caso es de la mayoría de los MIR que, creyendo que el 2020 les llevaría a otro lugar, enlazaron su fin de formación con el primer empleo como médicos y su salto al mundo laboral. Ese cambio les ha supuesto adquirir una responsabilidad mayor en muy poco tiempo, aunque ninguno ha dejado de lado el aprendizaje. «Han trabajado como los que más y los residentes han sido y son fundamentales. Se han preparado en medio de una crisis tremenda y han salido con una responsabilidad adquirida muy grande», señalaba a este diario un especialista del Servet.

A algunos como a José Miguel García Bruñen no le ha dado tiempo a distinguir entre el periodo de residente y el de médico adjunto en la planta de Medicina Interna del hospital. La pandemia le pilló a falta de tres meses para terminar su formación. «Desde el principio estuve en la planta covid como residente, terminé con este mismo perfil de paciente y, a partir de ahí, cuando salieron en bolsa los contratos opté y lo conseguí. Tenía claro que si podía, me quería quedar aquí», cuenta.

Además, este médico también trata a pacientes postcovid, por lo que está conociendo, en un plazo muy corto de tiempo, todas las caras de la enfermedad: desde el inicio de los síntomas hasta las secuelas más graves, pasando también por pacientes que han fallecido.

Tanto los residentes como los estudiantes que están ahora cursando la carrera han apoyado en tareas de rastreo en Atención Primaria o en la base telefónica del 061 en la primera ola de covid. Ninguno ha evadido la situación y a todos les ha resultado «muy difícil» desconectar al llegar a casa. «Se empapan de nosotros y lo viven igual. Les ha tocado aprender en un momento muy difícil, pero dan la cara como uno más», explica una médica del 061.

«Claro que te llevas el trabajo a casa y obviamente lo pasas mal, pero sobre todo por tu entorno. Siempre piensas si te has protegido bien durante el día, si esa jornada has visto a muchos pacientes y has estado más expuesto. Es inevitable», cuenta Ignacio García Sola, médico en el servicio de Radiología del Servet.

448 residentes en un sector

Solo en el sector sanitario II, al que pertenece el Miguel Servet, este año cuentan con 448 residentes entre Enfermería y Medicina de todas las especialidades. Algunos están en el propio hospital y otros rotan en los centros de salud de la zona. Habitualmente, cuando se termina la residencia el devenir de estos sanitarios puede encaminarse hacia varias líneas. Por un lado, los más afortunados consiguen quedarse en el mismo hospital donde realizaban el MIR; otros empiezan un contrato de refuerzo y logran una plaza en un centro periférico; en un tercer caso, algunos optan por repetir la residencia y sacar adelante otra especialidad; y en último lugar, el éxodo fuera de España también toma relevancia.

Todos se enfrentan por primera vez a un mercado laboral inestable en el que el paro y la precariedad, tal y como han denunciado los sindicatos, han tenido siempre demasiado peso. Muchos de los contratos actuales, que se han formalizado de manera inminente por la necesidad de personal requerida por la pandemia, son temporales y por un periodo concreto. Cierto es que han evitado la marcha de muchos médicos fuera del país, pero ¿qué pasara cuándo termine la crisis sanitaria del covid?