Este fin de semana se presentó a los bilbilitanos, que llenaron la iglesia, la restauración del retablo barroco mayor de la iglesia de San Pedro de los Francos. Dedicado a San Pedro, se muestra ahora con toda su luz y magnificencia, y recupera figuras, columnas salomónicas, brillantes dorados e incluso un bello pelícano que estaba en muy mal estado.

La directora de los trabajos ha sido la bilbilitana Ana Sánchez Ibáñez, licenciada en Bellas Artes y con un amplio bagaje y experiencia en trabajos de restauración, quien manifestó que ha sido «un logro hacerlo en siete meses, pero ha merecido la pena». El proceso de limpieza y saneamiento tanto por delante como por detrás del retablo ha supuesto una inversión total de 42.468 euros aportados por el ayuntamiento y la Diputación de Zaragoza.

La actuación ha sido compleja y profunda en todo el retablo, que tiene tres calles y está fechado por el contrato de su policromía en 1654. Se ha limpiado en profundidad, se han restituido piezas sueltas o perdidas, se han aplicado tratamientos contra la plaga de la madera, o de encolado de las piezas sueltas y se han acometido los trabajos necesarios para reforzar las grietas y fisuras que tenía. Además, se ha tratado un bello relicario que ahora muestra todo su colorido.

Todo el proceso ha sido documentado fotográficamente y se expone a los visitantes en unos paneles explicativos y en unas vitrinas se muestran diversos objetos que han aparecidos como algunos documentos en papel.

San Pedro de los Francos es uno de los edificios más representativos del patrimonio histórico artístico de Calatayud. En 1461 juró como príncipe a Fernando El Católico, cuando contaba con 9 años. Se ha convertido en una espacio de encuentro y celebración de eventos ciudadanos.