Un lavado de cara a San Marcial. Así describen los profesionales encargados de restaurar el retablo del patrón de Novallas el trabajo que realizan desde hace unos meses. Según explican, su labor es principalmente de limpieza, pero se han encontrado con una sorpresa. Un detalle desconocido hasta ahora entre los vecinos de la localidad zaragozana. Y es que han descubierto que el retablo es la suma de otros elementos ornamentales. "Es como si, por hacer un gran retablo para el patrón, se hubieran cogido partes de otros más pequeños".

Es un retablo de retablos. O de retazos. "Si fuera un retablo completo, las piezas estarían ensambladas, mientras que en este caso encontramos elementos clavados y casi a traición, que nos hace pensar que no fue creado así", dicen. Por ello, el lienzo de la Magdalena que aparece en el frontón, ha sido cortado, "porque a ningún pintor de la época se le hubiera ocurrido cortar las cabezas de los angelotes o un cáliz que identifica a la Magdalena".

Lienzo del Pilar

Junto a este descubrimiento, los vecinos se sorprenderán al poder ver por primera vez un pequeño lienzo de la Virgen del Pilar, un cuadro tan cubierto de suciedad que ni siquiera se veía. Igual ha pasado con el altar, del que se ha descubierto un fondo amarmolado de mayor valor que la pintura que lo cubría. Eso sí, todos los elementos pertenecen al siglo XVIII, y a finales de esa centuria se unieron en la tabla actual.

Según explica el experto, hubo épocas en las que las restauraciones de obras de arte eran "voluntariosas pero poco acertadas". Su objetivo era "hacer lucir más las obras antes que la conservación". Por ello, ahora, ante cualquier actuación, el primer paso es la limpieza. "A muchas obras se les dio en su día una capa de barniz con el fin de que brillara más, pero no se limpió antes, por lo que la suciedad se ha fijado y ahora presentan un color caramelo que no deja ver la realidad". Al igual ocurría con la purpurina, "que da color pero resta importancia a la obra real".