El cierre del tramo central de Vía Hispanidad entre la avenida Navarra y los Enlaces provocó ayer por la tarde retenciones de hasta media hora para acceder o circunvalar Zaragoza. Centenares de vehículos se vieron atrapados en los principales vías del sector pese a los esfuerzos de hasta ocho agentes de la Policía Local por intentar regular el caos organizado nada más cerrarse los carriles centrales pasadas las cuatro de la tarde.

Los conductores de los 30.000 coches y camiones que pasan a diario por este punto neurálgico de la ciudad se deberán ir acostumbrando a esta situación, ya que en breve se cortarán también los carriles centrales del sentido contrario. Durante tres meses, sólo se podrá circular por las vías de servicio con el fin de dejar espacio a las máquinas que reforman Vía Hispanidad. No lo sufrirán los usuarios de la línea 22 de transporte urbano, desviada por las obras.

La indignación era el sentimiento predominante entre los afectados por el colapso. Los centenares de metros que separaban el centro comercial Augusta de los Enlaces se convirtieron en una jaula para los conductores, que tuvieron que emplear cerca de media hora para recorrerlos por los dos únicos carriles habilitados para este fin. Los peatones hacían el trayecto más rápido a pie.

INDIGNACION A Salvador le costó veinte minutos empalmar la avenida Navarra con la entrada a Miralbueno. "Es de vergüenza. Se tendría que avisar bien y con tiempo. Parece mentira que después del follón de la avenida Navarra empiece ahora éste", dijo, parado, en el único carril abierto en el nudo de Sicione.

A esta retención se unía la que sufrían los que querían acceder a la ciudad desde la vieja carretera de Madrid (A-2). "La cola llega hasta Alcampo. Me ha costado llegar más de una cuarto de hora, lo mismo que bajar de La Muela un día normal", explicó un joven en los Enlaces.

En ese punto había hasta cuatro policías intentando regular el tráfico con la ayuda del silbato. El "follón" era tal que el cuartelillo de la Policía de Barrio de Oliver-Valdefierro quedó por la tarde desierto. Tan sólo permaneció en la oficina un agente para atender la centralita.

Del atasco tampoco se libraron los conductores que circulaban por Vía Hispanidad por el sentido contrario. La fila de coches llegaba desde el entorno del seminario hasta el nudo de los Enlaces. No obstante, esta fila avanzaba más rápida que el resto.

Mientras tanto, los atascos para acceder a la ciudad por la avenida Navarra empezaron a remitir. Las máquinas que terminarán de construir este verano la rotonda de acceso a la estación de Delicias dejaron libre los carriles de entrada para ocupar por completo los de salida sin afectar al tráfico. Los coches utilizaban por primera vez el trozo de rotonda habilitado hace un año.