Los trabajos de retirada de los escombros de las plataformas del puente de la A-221 sobre las vías derribadas el sábado comenzarán hoy. Tras la espectacular operación de demolición, los técnicos se tomaron ayer un día de descanso, tanto en la zona afectada por los corrimientos de tierras que han dejado sin conexión a Quinto y Gelsa como en los caminos que se preparan desde hace días como vías alternativas para facilitar el tráfico de vehículos por esta zona de la comarca de la Ribera Baja del Ebro.

Una vez desmontada por medio de una cizalla gigante la parte más inestable del puente, lo más inmediato ahora es la retirada de las toneladas de escombros generadas.

Después serán los especialistas, en concreto los geólogos, los que se centren en investigar las causas que han provocado los movimientos de tierras que levantaron la carretera autonómica y desencajaron el ahora destrozado puente sobre la línea férrea Zaragoza-Caspe-Barcelona. No se descarta encontrar grandes bolsas de agua o corrientes subterráneas.

Los cálculos apuntan que tanto la carretera como la vía estarán cortadas entre cuatro y seis meses. Los técnicos compactarán la zona y construirán escolleras, en alguna zona dobles, para contener la acción del río Ebro en ese punto, donde dibuja un meandro de dimensiones considerables. Una vez asegurada la estabilidad del terreno, se reconstruirá el puente y se instalará de nuevo el tramo de vía férrea que ha sido desmontado en los últimos días.