La retirada del pañuelo del Torico puso anoche el punto y final a las multitudinarias fiestas de la Vaquilla que han alborotado la ciudad de Teruel durante todo el fin de semana. Dos representantes de la peña El Ajo (Imanol Pérez y Javier Cantalapiedra) fueron los encargados de llevar a cabo el gesto simbólico y posteriormente llevar el pañuelo al ayuntamiento de la ciudad.

Durante el resto de la jornada los actos taurinos fueron los protagonistas, pues los tradicionales toros ensogados acapararon la atención de los visitantes que durante el fin de semana han triplicado la población de Teruel. Al mismo tiempo, las barras en las calles, las terrazas y los parques estuvieron abarrotados de vecinos apurando las últimas horas de celebración.

El concejal de festejos, Javier Domingo, celebró el buen ambiente que se ha vivido estos días, con la salvedad de un arrestado por agresión sexual. «Hacemos un despliegue importante de seguridad, por lo que tenemos que agradecer la coordinación de todos los cuerpos implicados», indicó.

Los visitantes destacan del fin de semana que sigue a las fiestas del Ángel la amplia oferta musical gratuita que se puede encontrar en la ciudad. Las peñas ofrecen programación propia y, además, a cualquier hora del día se pueden encontrar charangas por las calles. «La gente que ya conoce las fiestas suele repetir, eso es muy buena señal», explicó el responsable municipal.

Los toros ensogados dejaron dos heridos por asta durante el traslado por las calles que tuvo lugar a las seis de la madrugada del lunes. Sin embargo, en las varias horas que pasaron en las calles durante la tarde no hubo que lamentar percances importantes. «Este es uno de los actos que tiene más tirón popular, sobre todo entre los propios vecinos, que disfrutan así de las principales fiestas de la ciudad», indicó

La ocupación hotelera ha rozado el 100% de la oferta, aunque las cifras se han resentido porque la última jornada de la Vaquilla ha caído en lunes. Además, este año se ha apostado de nuevo por una zona de acampada en la que se han alojado dos millares de jóvenes frente al pabellón de Las viñas. El precio por persona era de seis euros. Esta experiencia hace que las fiestas turolenses se asemejen a la experiencia de un festival veraniego.

El tiempo también ha acompañado durante el fin de semana. Quitando una breve tormenta el domingo por la tarde y algunas lluvias en la mañana de ayer las altas temperaturas han acompañado todos los actos hasta la traca de fin de fiestas.