Zaragoza amaneció ayer con el reventón de una tubería de fibrocemento en una de la arterias principales de la ciudad, el paseo María Agustín, a la altura del número 34. Como consecuencia de la avería y los trabajos de reparación, se cortaron dos de los tres carriles de circulación en sentido a la plaza Europa a la altura de la Jefatura Superior de la Policía Nacional. Para aliviar el tráfico, ya que se produjo en hora punta, se habilitó un carril en contradirección y estuvo regulado por agentes de la Policía Local en todo momento.

No es la primera vez que se produce un reventón en esta zona, que, además de generar graves afecciones al tráfico durante toda la mañana, ocasionó daños en el asfalto y dejó sin agua a la Jefatura Superior de Policía de Aragón y a un edificio adyacente durante horas.

Una brigada de la empresa de mantenimiento del ayuntamiento se puso inmediatamente a reparar el desperfecto y sustituyó el tramo averiado por una conducción más moderna de fundición dúctil. Este es el material que se está utilizando en la reparación de todos los conductos de la ciudad.

La red de tuberías de abastecimiento de Zaragoza supera los 1.200 kilómetros. De este total, todavía quedan alrededor de 200 de fibrocemento que el consistorio quiere ir sustituyendo por un material más moderno de forma progresiva.

Los conductos de los alrededores del paseo María Agustín son de los más antiguos de la ciudad, junto a los que discurren por el barrio Oliver, Valdefierro, Torrero, Delicias y Las Fuentes.

EFECTO ARIETE / En este tramo se han realizado un sinfín de reparaciones y siempre in extremis como consecuencia de una rotura. La limitada capacidad económica de las arcas municipales no permite poner en marcha una plan de renovación de la red, por lo que, en la mayoría de los casos, se va actuando según las necesidades, salvo proyectos concretos de renovación de aceras o calzadas, que ya incluyen la sustitución de aquellas tuberías de fibrocemento.

Las brigadas municipales ya son profesionales en reparar tramos del paseo María Agustín. La primera semana de junio del año pasado una doble avería mantuvo el tráfico desviado durante más de un día. Entonces, al cortar el suministro se produjo una nueva rotura de la tubería unos metros más adelante por el llamado efecto del golpe de ariete. Al llegar una mayor cantidad de agua desde la tubería que cerrada -averiada-, se aumenta la presión dentro del conducto, lo que puede provocar otra avería.

Exactamente lo mismo sucedió un año antes, en agosto del 2014. Una vez que las brigadas terminaron los trabajos de reparación y se volvió a conectar el suministro, pero el regreso de la presión originó un segundo reventón solo unos metros más adelante.