Felipe VI cumplió ayer una tarea que llevaba cien años pendiente por parte de la Casa Real. Estuvo en Ordesa para apoyar con su presencia el centenario del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Creado en 1918, este enclave natural del Pirineo aragonés debería haber sido inaugurado por su bisabuelo, Alfonso XIII, pero el monarca, por la causa que fuera, no pudo asistir en aquella ocasión y delegó en el marqués de Villaviciosa.

El presidente de Aragón quiso por ello subrayar la importancia de que Felipe VI estuviera ayer en Torla y en la pradera de Ordesa con los alcaldes de la zona y los representantes de las empresas que se han convertido en patrocinadoras de la conmemoración de los primeros cien años de existencia del espacio natural.

«El jefe del Estado es bien recibido siempre que viene Aragón», señaló el jefe del Ejecutivo. «Que el Rey participe en los actos de conmemoración con su presencia física da un espaldarazo formidable a la celebración y también al Parque Nacional de Ordesa, que necesita promoción, como todos los centros de atracción turística».

Lambán señaló que hay ya más de 70 empresas aragonesas participando en patrocinios privados, lo que permitirá no solo celebrar los actos ligados al centenario sino también acometer inversiones en infraestructuras y su conversión en «elemento productivo».

En este sentido, la Comisión del Centenario, que ayer se reunió en Torla con Felipe VI al comienzo de su visita, acaba de aprobar la instalación de baños públicos y la creación de sendas áreas de estacionamiento en el valle de Pineta y en Escuaín, así como la construcción del centro de interpretación de Escalona.

PROTESTAS LABORALES

La presencia del monarca fue aprovechada por los representantes laborales de los bomberos forestales de Sarga y de la Guardia Civil y la Policía Nacional, que exhibieron varias pancartas a la entrada de Torla.

Los primeros denuncian incumplimientos de la Ley de Montes y piden contratos de siete meses, mientras que los segundos reivindican la equiparación salarial con las policías autonómicas. El Rey, al pasar cerca de ambos grupos, levantó la mano a modo de saludo.

Lambán se refirió a que el Gobierno de Aragón cumplía sus compromisos con Sarga y afirmó que el marco de la visita real no era el adecuado para una protesta laboral.

En su sesión con la Comisión del Centenario, Felipe VI mostró su interés por conocer el «día a día» de la vida en el parque nacional y se refirió a que el cuidado y mantenimiento del enclave natural es «responsabilidad de todos».

A continuación, el monarca se dirigió a la pradera de Ordesa, donde descubrió la placa de un monolito en la que se recoge su presencia en el parque nacional con motivo de su primer centenario.

Allí se hizo fotografías con todos los asistentes, entre los que figuraban la delegada del Gobierno en Aragón, Carmen Sánchez, la de subdelegada en Huesca, Isabel Blasco, el alcalde de Huesca, Luis Felipe, más todos los alcaldes del Sobrarbe y consejeros comarcales, con su presidente, Enrique Campo.

JORNADA HISTÓRICA / Seguidamente, el Rey, junto con Lambán y otras personas, realizó una excursión circular por la entrada del valle de Ordesa y que concluyó en el puente del sendero de los Cazadores.

La organización le facilitó, como regalo, una vara de avellano a modo de bastón, y con decoración basada en la celebración del centenario.

Para terminar su visita, Felipe VI presidió un aperitivo, servido en el hotel Silken Ordesa de Torla, en el que se reunió con los 19 alcaldes del Sobrarbe y con los representantes de las empresas que están patrocinando los actos del centenario.

«A la entrad del hotel, el Rey ha saludo uno a uno a todos los alcaldes de la comarca y ha hablado con ellos acerca de los problemas del territorio y de sus fuentes de riqueza», explicó un asistente al acto social.

«El monarca se ha interesado en particular por el problema de la despoblación», señaló la misma fuente. «Sabía perfectamente que es una zona que vive del turismo, de la agricultura y de la ganadería y que figura entre las menos pobladas de España», agregó.

«Para el Sobrarbe ha sido una jornada histórica, pues nunca había venido un rey en viaje oficial hasta ahora», indicó la misma persona, un miembro de la Administración aragonesa que hizo hincapié en que el Rey se refirió a lo bien que es recibido siempre en Aragón.