JOAQUÍN CARBONELL

--¿Es un escritor atípico? Político, escritor...

--Soy parejo: escribía a la vez que ejerzo la política. El primer relato con el que gano el premio ciudad de Zaragoza, en 1984, fue solo la expresión de lo que llevaba haciendo hace tiempo...

--Pero no hay muchos políticos escritores de ficción.

--Sobre esto concreto terminó hablando Pepe Melero, en la presentación del libro: y es cierto, hay pocos casos.

--¿Nunca le ha tentado tener que escoger?

--No, porque a ambas cosas les he dedicado todo mi tiempo. Y con mucha intensidad. El ejercicio de escribir lo he mantenido siempre, con suma dedicación.

--¿No le ha causado algún tipo de incomodidad?

--La literatura forma parte de los asuntos más importantes de la vida... La política trata de lo mismo. Con una diferencia, que por desgracia, la política se ve arrastrada por lo coyuntural.

--¿Ve un futuro como escritor exclusivamente?

--No me lo he planteado nunca... No como profesión, porque la vida es muy compleja como para dedicarla solo a una cosa. Seguiré escribiendo, por supuesto, pero creo que de lo que se trata no es de escribir más sino de escribir mejor. ¿Tú sabes la de escritores a los que les exigen un libro al año? La inspiración no es una fábrica de rosquillas...

--Le doy la razón...

--Yo creo que ante el fenómeno de la creación solo cabe una actitud amateur, aún ganándote la vida con ello. Pero cuando estás muy pegado a las modas del mercado, te merma la calidad. A diferencia de otras actividades, el espíritu literario no funciona como un motor.

--¿Por donde van sus gustos?

--He leído con mucho gusto sobre todo a Borges, a Italo Calvino, me ha gustado mucho Cortázar, Más clásicos, Chejov... De la literatura española contemporánea, me gusta Javier Marías, más los primeros que los últimos libros.

--Toda esta es una literatura intelectual y menos pasional.

--Bueno... En general me gusta que haya dos cosas: descripción y reflexión. Me gusta de aquí la poesía José Luis Rodríguez, la prosa de Javier Delgado...

--¿Lo aplica a sus libros?

--Mi último libro es muy diferente a los anteriores, que eran un tanto alambicados. Manteniendo un poso que te acompaña siempre, vas evolucionando.

--Tengo que preguntarle sobre política: ¿qué tal el cuerpo?

--El cuerpo mal; por la situación a la que ha llegado la consideración de la política en el mundo, que no es otra que la propia consideración que sobre sí misma tiene la sociedad. Aunque sea de manera inconsciente.