El castillo de Ricla se halla en peligro de derrumbe y el ayuntamiento se ha movilizado para evitarlo. El tejado es la parte de la estructura que presenta peor estado de conservación, hasta el punto de que amenaza con venirse abajo llevándose por delante un valioso artesonado medieval y otros elementos de gran valor arquitectónico.

«El problema es que el castillo es de propiedad privada y el consistorio no puede actuar para evitar el deterioro del inmueble», señalan en la Plataforma para la Recuperación del Patrimonio de Ricla. «Lo mejor sería que los propietarios se ocupen de las reparaciones más urgentes en el tejado hasta que el ayuntamiento lo adquiera», aseguran en la entidad cultural.

AYUDA INSTITUCIONAL

Con todo, la corporación no puede hacerse cargo de una rehabilitación que requerirá una fuerte inversión, pues hace años que el castillo se halla en estado de ruina y la estructura está muy dañada.

Por este motivo, apuntan en la plataforma, sería ideal que otras instituciones, como la Diputación de Zaragoza (DPZ) y el Gobierno de Aragón, contribuyan en el proyecto de recuperación.

El tiempo apremia y, de momento, el Ayuntamiento de Ricla ha encargado una memoria técnica que detalle las actuaciones más urgentes para asegurar los elementos más deteriorados. Además, lleva a cabo arreglos para detener la degradación de la construcción.

Los amigos de la fortaleza consideran que su rescate integral, acompañado del correspondiente estudio previo, permitiría realizar «hallazgos muy valiosos». De hecho, hace varios años apareció una bombarda o cañón medieval junto a las puertas del castillo. En la actualidad, este objeto se halla en manos privadas y la localidad se plantea instar su devolución.

El paso de los siglos ha desfigurado considerablemente el castillo riclano. Pero sus muros y el terreno sobre el que se asienta es posible que encierren restos de distintas épocas, desde la musulmana hasta que llegó su declive con la extinción de los señoríos, entre otros de la rama de los Luna, que eran originarios de la población.

También es posible que haya algún vestigio de las órdenes militares que lo habitaron, como la de los templarios y la de los hospitalarios.