La Comunidad General de Riegos del Alto Aragón negó ayer poner trabas para bloquear la finalización de las obras de nuevos regadíos en la zona regable de Monegros II, pero admió el retraso en la ejecución de obras de regulación pendiente impiden la ampliación de la zona regable.

La organización regante sale así al paso de las afirmaciones de anteayer por parte de la Consejería de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón para responsabilizar a su junta directiva de presentar informes contra el proyecto de desarrollo de dos zonas regables en Monegros II.

Los regantes se acogen al Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrológica del Ebro y a un punto de su articulado en el que se asegura que el desarrollo de nuevos regadíos en Riegos del Alto Aragón «estará condicionado al incremento de regulación que se produzca para el sistema».

Destacaron que desde su organización se ajustó la ampliación de regadíos hasta los «máximos viables» en función de la disposición de caudales, hasta un total de 15.858 hectáreas adicionales, el 80 por ciento ubicadas en Monegros II.

En su escrito, los regantes subrayan que «en tanto no se lleven a cabo nuevas regulaciones, no son posibles nuevas ampliaciones de superficie regable».

Adviertieron que se trata de una situación agravada por el hecho de que tanto los proyectos de construcción de los embalses de Biscarrués y de Almudévar se encuentran «judicializados», sin previsión a corto plazo de resolver de forma «satisfactoria» el déficit de garantía de suministros en Riegos del Alto Aragón.

La organización destacó que que las dos zonas cuyo bloqueo denuncia el Gobierno aragonés, la acequia de la Almolda y el Sifón de Cardiel, con una extensión de casi 9.000 hectáreas de superficie, «escapan a las posibilidades de suministro de Riegos del Alto Aragón sin contar con la certeza de una regulación».