La interpretación de la auditoría económica encargada por el Gobierno de Zaragoza y que reveló que el consistorio tiene un agujero de 103 millones sigue generando desencuentros en el salón de plenos.

La concejala de Hacienda, María Navarro, volvió a informar sobre unas cifras que no suenan a nuevas, al menos para la oposición, que dicen que ya eran más que conocidas. Según Podemos y Zaragoza en Común (ZeC), el equipo de Gobierno está utilizando el documento para tratar de justificar los «recortes» que está sufriendo la ciudad. El concejal de la formación morada, Fernando Rivarés, enumeró, por ejemplo, que han perdido la inversión proyectos como la reforma de Tenor Fleta, los antiguos juzgados o los presupuestos participativos. «Han hecho la chorrada nunca vista, pedir una auditoría con los presupuestos prorrogados», criticó.

Desde ZeC, Alberto Cubero aseguró que la ciudad tiene 90 millones en caja. Una cuantía suficiente, según dijo, para haber evitado «los recortes en las fiestas del Pilar». «¿Cómo tienen la cara tan dura de decir que el ayuntamiento está a punto de quebrar? Esta auditoría solo sirve para justificar sus recortes», afirmó.

En la bancada socialista, Pilar Alegría acusó a Navarro de caer en el «discurso de la demagogia». La socialista tiró de la propia auditoría para tratar de sacarle los colores al Gobierno. «En la página 5 se habla de que el consistorio tiene una capacidad de financiación de unos 100 millones. Utilícelos». El portavoz de Vox, Julio Calvo, cuestionó la gestión que se hace de los áreas municipales y la falta de control. Manifestó su preocupación por las horas extra que se realizan en determinados servicios, su incomprensión por que se desconozca exactamente el número de personas que trabajan para el consistorio y su asombro ante la inexistencia de un único órgano encargado de cobrar los cánones.

La conservadora Navarro insistió en que las cifras eran datos reales y objetivos, y reiteró que el Gobierno ya se ha puesto a trabajar para sanear las cuentas.