El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del gobierno de La Rioja, Íñigo Nagore, ha solicitado a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que realice las gestiones necesarias ante el Ministerio de Agricultura para tramitar un real decreto con el fin de declarar el estado de sequía en la cuenca del Ebro. De este modo, La Rioja se suma a la petición de Aragón para que se tenga en cuenta la escasez de agua en el tramo medio de la cuenca.

El Gobierno riojano explicó que sería un trámite como el que se hizo con la cuenca del Duero y al menos afectaría a la margen derecha y en el alto Ebro. Esta petición se suma a la que ya se cursó el pasado 25 de mayo, cuando se trasladó la «preocupación» existente ante el estado de los ríos y las reservas disponibles en los embalses de la comunidad autónoma, muy por debajo de los mínimos históricos.

A la ausencia de precipitaciones registrada este año se sumaba la circunstancia de que el 2016 fue bastante seco, por lo que era «especialmente preocupante» la situación del embalse de Mansilla, del que depende una gran zona regable en la región como es la de los canales del Najerilla. A pesar de la asignación de caudales por las comunidades de regantes y los desembalses que se acordaron con la CHE el pasado mes de mayo, la situación no sólo no ha mejorado sino que se ha vuelto crítica ante el bajo caudal de los ríos.

La situación es preocupante en toda la cuenca, a pesar de que el Gobierno central la ha excluido del decreto de ayudas por la sequía. Incluso los pantanos de cabecera, como el embalse del Ebro, se sitúan en torno al 30% de su capacidad, los datos más bajos de los últimos 40 años. La margen derecha es la más afectada por esta sequía, y donde hay menos agua embalsada.