Al concejal de Economía del Ayuntamiento de Zaragoza, Fernando Rivarés, solo le faltó ayer decir bajo juramento que, aunque la ciudad tenga que asumir la deuda del tranvía, el ayuntamiento no rebasará el nivel de endeudamiento impuesto desde Madrid. Un dato importante porque si esta ratio no se cumple el consistorio no podrá pedir créditos bancarios, algo esencial para invertir y llevar a cabo un sinfín de proyectos.

La comisión de Economía se convirtió prácticamente en un monográfico del borrador de presupuestos y en una declaración de intenciones de los partidos. CHA reiteró que está dispuesto a negociar y a aprobar las cuentas -con condiciones- por el bien de la ciudad; el PSOE insistió en que «no se dan las condiciones» para iniciar las conversaciones; para Ciudadanos (Cs) hay demasiadas partidas de 1.000 euros que denotan que el Gobierno de ZeC no tiene intención de iniciar muchos de los proyectos que incluye; y para el PP son, en general, negativos.

Los cuatro grupos de la oposición hicieron referencia a la falta de seguridad que presenta el borrador porque incluye 32 millones en préstamos que, avisaron, el consistorio no podrá solicitar si incumple la ratio de endeudamiento. Todos coincidieron en que si el Ministerio de Hacienda mantiene tras las alegaciones presentadas por el ayuntamiento que los 80 millones de deuda del tranvía computan en la contabilidad municipal, Zaragoza no podrá pedir créditos y todos los proyectos que dependen de este dinero se dejarían de ejecutar.

110%

Rivarés lo desmintió. «Los 32 millones están medidos y nunca se va a pasar el 110% de endeudamiento aunque nos imputen esa parte injusta de la deuda del tranvía», aseguró.

El concejal explicó que en caso de ser así, el nivel de endeudamiento se elevaría del 92% actual al 103% y eso solo «en el peor de los casos», por lo que el ayuntamiento sí que podría pedir créditos bancarios.

Precisamente, este es uno de los motivos que esgrimió el concejal del PSOE, Javier Trívez, para justificar la negativa de su formación a negociar las cuentas. Según explicó, si se computa la deuda del Urbos 3 «habrá serías dudas de que pueda materializarse el presupuesto». «¿Qué pasaría con las inversiones que dependen del préstamos?», cuestionó Trívez que reiteró que con esta incógnita no pueden aprobar las cuentas y advirtió que la DGA «no permitirá un endeudamiento del ayuntamiento si no hay seguridad».

El portavoz de CHA, Carmelo Asensio, que manifestó la misma duda, insistió en que la situación de la DGA no puede afectar a la negociación presupuestaria de la ciudad, como tampoco las elecciones municipales de mayo.

Desde Cs, Sara Fernández no mostró ningún tipo de confianza en que se vaya a ejecutar al presupuesto porque «llevamos tres años la inversión se ha quedado en papel mojado». Además, cuestionó las intenciones de ZeC incluyendo un gran número de partidas con una asignación genérica de 1.000 euros.

La concejala del PP, María Navarro, cargó contra Rivarés por la baja ejecución del presupuesto de este ejercicio. A 30 noviembre, todavía hay 52 millones pendientes de ejecutar solo del capítulo de inversiones.