El presidente de Ciudadanos (Cs), Albert Rivera, prometió ayer en Zaragoza un pacto de Estado contra la despoblación si alcanza la presidencia del Gobierno. Lo hizo ante alrededor de medio millar de simpatizantes y escoltado por el recién nombrado candidato de Cs para la comunidad, Daniel Pérez -quien acudía en ese cargo por primera vez a un acto público- en un encuentro con militantes y personas afines a estas siglas que se congregaron en el auditorio del World Trade Center.

El espacio, completo en sus dos tercios, mostró un aspecto propio del periodo de precampaña, tintado con luces naranjas y sonorizado por atronadores altavoces que desplegaban una música triunfal tan acorde a estas citas.

Buscó la cercanía con Aragón el líder de Ciudadanos y lo hizo apostando por una medida que trataría de atajar la despoblación, uno de los asuntos que más sensibilidad despierta en la comunidad. La propuesta estrella la anunció al poco de iniciar su discurso y pasaría por un pacto de Estado, un plan nacional que contara con «inversiones y recursos», además de su permanencia en el tiempo.

Además, esta fórmula de Cs tendría en la generación de empleo el eje central para revitalizar las áreas despobladas y debería partir del compromiso de empresas, sindicatos y otros agentes sociales.

Al respecto, afirmó que hay que poner gobiernos «que no ahuyenten a las empresas», la diferencia, a su juicio, entre Ciudadanos y partidos como PSOE o Podemos. Por eso, invitó a votar a un proyecto «que sabe generar empleo» y que cuenta con gente «que viene de trabajar, de gestionar los recursos de empresas». Fue en ese momento cuando realizó uno de los ataques más directos del encuentro: «Si Echenique tiene que dirigir el empleo en Aragón, estamos fastidiados, porque estos señores insultan a los empresarios y machacan a los autónomos», aseveró. «La primera fórmula para acabar con la despoblación es generar empleo», recalcó.

Otro de los puntos que abordó en su alocución fue la bajada del impuesto de Sucesiones. Destacó la rebaja de este gravamen en la comunidad y, a continuación, lanzó su órdago: «Suprimamos el impuesto de Sucesiones a nivel nacional, ese es mi compromiso, suprimirlo en toda España».

Una de las cuestiones que más espacio ocupó en el discurso del líder de Ciudadanos fue la relativo al nacionalismo en Cataluña. Sobre este asunto se mostró muy crítico tanto con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, a quien acusó de insultar a los españoles, como con su homólogo en el Gobierno de España, Pedro Sánchez, a quien acusó de tener como objetivo «dividir a los españoles». Así, bajo sus siglas se comprometió a pactar solo con partidos constitucionalistas.

FEMINISMO LIBERAL

El encuentro de Rivera también tuvo espacio para la igualdad, a tres escasos días del 8-M. El presidente de Cs se mostró partidario de luchar por esa meta, pero «no como una batalla entre sexos», puesto que se trata de «una batalla conjunta, de hombres y mujeres». Para ello, apostó por un «feminismo liberal» con políticas como los permisos de paternidad o el fomento de la conciliación.

También ahondó en la relación entre Aragón y Cataluña como antesala de otra de sus reclamaciones, la de una Alta Inspección de Estado en las escuelas de toda España. Así, Rivera comenzó describiendo el reino aragonés como «origen de España» y «tierra de consensos», poniendo como ejemplo el Compromiso de Caspe. Lo hizo para referirse a los libros de texto que llaman a ese territorio la corona catalanoaragonesa y justificar la necesidad de un organismo que inspeccione los manuales en los centros educativos de todo el país.