--¿Se arrepiente de haber dicho y repetido hasta la saciedad eso de que Aragón va a ser la comunidad más cumplidora?

--No.

--Se equivocó.

--Aragón sigue siendo una comunidad que, a pesar de unos ajustes externos con los que en absoluto estamos de acuerdo, está a la cabeza de las más cumplidoras. Es bien sencillo, si no fuese así no tendríamos abiertos los mercados. No es una percepción del consejero de Presidencia. Lo dicen los que nos prestan el dinero a un precio muy bueno, y que reafirman que Aragón es una comunidad cumplidora.

--En algo se habrán equivocado, ¿o es que todo el exceso de déficit es achacable al Ministerio de Hacienda?

--No. Sí que es cierto que algunas partidas se deberían de haber ajustado antes, como las de los fondos europeos, o en momentos puntuales hubiese sido necesario mayor control de las cuentas de la comunidad. Pero creo que tanto educación como sanidad han hecho ajustes sin haber tocado los servicios básicos.

--¿Se ha descontrolado la consejería de Sanidad?

--No. El problema son los nueve departamentos, que tienen presupuestos muy ajustados, muy, muy ajustados, que tenemos 900 millones menos de presupuesto respecto a cuando llegamos, y que es muy complicado... Si inviertes un euro más o un euro menos en una carretera puede pasar, pero en sanidad no, tienes que poner lo necesario para prestar un buen servicio, y eso es muy complicado.

--Este año tampoco va mucho mejor. Han alcanzado ya el 0,6% de déficit, y el máximo es el 1%.

--Tanto José Luis Saz como Javier Campoy están haciendo una gran labor. Los ingresos están como están, y los servicios a prestar son los que son. Campoy ha hecho un control muy riguroso. Una forma de trabajar, ni mejor ni peor que Saz, diferente, y a final de año estaremos en la senda, o cerca, de cumplir el objetivo de déficit.

--También lo creía el año pasado.

--Pero no lo decía por un acto de fe. Los datos que teníamos apuntaban a que íbamos a cumplir, y luego pasó lo que pasó.

--Los consejeros de Hacienda habrán hecho un buen trabajo, pero ese departamento no ha sido precisamente el más estable de su Gobierno. Tres titulares en tres años.

--Bueno, primero estuvo Mario Garcés, que es un persona muy preparada, pero decidió buscarse otras metas personales y por eso se marchó. Luego fue José Luis Saz que a mi juicio hizo una buena labor y cosas muy buenas como la Ley de Función Pública, o preparar la Ley de Subvenciones. También incidió mucho en la calidad de los servicios. Al final tomó una decisión muy honesta: el principal hecho relevante en su departamento era cumplir el déficit, pero circunstancias externas en su mayoría no se pudo, y tomó una decisión que le honra como político y sobre todo como persona.

--¿Se podrá abordar la financiación autónoma esta legislatura?

--Esta legislatura no. Para empezar, con el problema que ha generado el señor (Artur) Mas en Cataluña, no es el mejor momento para abrir un melón como ese. Por otro lado, el Estado tiene un problema de ingresos, y la financiación solo se puede negociar cuando haya fondos suficientes para repartir y de momento no los hay. Pero hay que decir que la financiación de Aragón no es justa. En esto no hay colores políticos, es sentido común.

--Si tiene un problema con los ingresos ¿por qué no intentan mejorarlos?

--Nosotros hemos quitado impuestos y hemos bajado algunos. Es mejor que el dinero esté en manos de los ciudadanos. No soy partidario de aumentarlos y no creo en el dicurso demagógico de los ricos y los pobres. En Aragón no tenemos casi tramo para las grandes fortunas y no hay tantos. Ni se notaría.

--Esta ha sido la legislatura del déficit y la deuda, más que de la inversión.

--No ha sido una legislatura sencilla. Nos encontramos 400 millones de euros sin contabilizar y una situación muy complicado, con un entorno de recesión. Los años 2012 y 2013 no han sido fáciles. No hemos tenido ingresos y el presupuesto se ha recortado en más de 900 millones. Y sin cerrar ningún hospital, ni centros de salud...

--Ni abrirlos, ahí están Alcañiz o Teruel.

--Otras comunidades muy cercanas han cerrado hospitales y centros de salud. Y eso aquí no ha sucedido.

--No han impulsado ni un solo proyecto.

--Cuando tienes un presupuesto de 5.600 millones y tienes que bajarlo en 900 millones y el 65% es el gasto social, que sumado a los intereses de la deuda y a los de personal son más del 90%, el margen de maniobra es mínimo. Esta ha sido una legislatura para eliminar lo superfluo y mantener el gasto social, que se ha conseguido a duras penas. Hemos dejado a la comunidad en un posición muy buena.

--¿Ese es el balance?

--No han sido cuatro años fácil. Pero estamos mejor que antes, preparados para el futuro, con un Aragón más ordenado.

--A tenor del resultado de las europeas, la gente no parece verlo así.

--Aún no se percibe que esto va un poco mejor. Hay mucha gente en el paro y pasándolo mal.

--¿Está satisfecho del funcionamiento de la coalición PP-PAR?

--No ha habido grandes problemas. Y mucha gente dudaba al principio de la legislatura. Ellos han sido muy generosos, conscientes de la importancia de la estabilidad.

--¿Ve posible reeditarla?

--Por parte del PP no habría ningún problema.

--¿Intuye un cambio en el panorama político de la comunidad?

--Es posible que entren nuevos grupos en las Cortes. Para verlo desde fuera es apasionante, pero es bueno que Aragón tenga estabilidad. Hará falta más diálogo y llegar a acuerdos, pero sin prejuicios. Algunos tienen muchos. Determinadas cosas de las que piden los que aún no han gobernada no se pueden hacer.

--¿Cree que hay responsabilidades políticas en Plaza?

--Es complicado. Espero que algún día se sepa la verdad. Quien tenga que cumplir, que cumpla y el dinero público que tenga que volver, que vuelva.

--¿Se hicieron mal las cosas?

--Los jueces están marcando un camino que apunta a que las cosas se hicieron mal. Pero hasta que no haya sentencia, nada. En las empresas públicas faltó transparencia y hay que reformar los controles porque algo no funcionó, o falló.