Los robos de carteras durante la actual edición de la Fiestas del Pilar han experimentado un descenso del 70% respecto a la media de años anteriores en las calles de Zaragoza. Sin embargo, este tipo de delitos se ha desplazado a bares y cafeterías, donde las sustracciones han aumentado.

Un dato significativo se produjo el pasado día 12 durante la Ofrenda de flores, uno de las escenarios preferidos por los carteristas para actuar por la gran aglomeración de público. Hasta el pasado viernes sólo se habían presentado en dependencias policiales cuatro denuncias por hurto, cuando la media de años anteriores oscilaba entre 100 y 150.

El trabajo de los delincuentes se frustró ese día cuando los agentes del Grupo Especial de Carteras, activado por la Policía exclusivamente para estas fechas, detuvo a siete delincuentes a primeras horas de la mañana.

Por la experiencia de otros años, la Ofrenda es el acto más rentable del año para estos delincuentes. Alguno de los detenidos en anteriores ediciones había obtenido un botín de 3.000 euros en una sola mañana.

Hasta el pasado viernes, la Policía había detenido a un total de 16 carteristas desde que empezaron las Fiestas. Entre los implicados hay lituanos, chilenos, argelinos, ecuatorianos, colombianos y un español, un especialista en este tipo de actividades originario de Madrid, donde es muy conocido en medios policiales. Todos ellos fueron sorprendidos in fraganti antes de ser detenidos.

Entre los arrestados había una pareja de chinaor , nombre con el que es conocido el carterista que se dedica a rajar con navaja el fondo de los bolsos de las mujeres mientras su cómplice recoge su contenido cuando cae al suelo. Los sospechosos eran de origen colombiano. Este tipo de delincuentes pertenece a una especie casi extinguida, pero que todavía sigue muy activa en los destinos turísticos de todo el mundo.

Fuentes policiales atribuyen a la presión ejercida en la calle sobre estos delincuentes su desplazamiento a bares y cafeterías, especialmente a los más concurridos del centro de la ciudad. No obstante, la actividad delictiva en establecimientos de hostelería, aunque muy intensa, no ha nivelado el descenso de los robos en la calle.

Como ocurrió en el 2003, la acción de los carteristas en la plaza de toros de la Misericordia y sus alrededores ha sido nula, aunque en esta ocasión se detuvo a dos delincuentes cuando empezaban a trabajar el pasado sábado.

Una de las posibles causas de este incremento de la eficacia policial puede ser la actividad realizada con anterioridad a las Fiestas. En la víspera del Pregón ya fue desarticulado un grupo importante de carteristas con la detención de tres de ellos, aunque otros dos consiguieron eludir la acción policial y abandonaron Zaragoza.

Las fuentes consultadas señalaron que este año no se ha detectado ninguna novedad técnica en el robo de carteras y que la mayoría de los detenidos utilizaban métodos clásicos. En el 2003 se detuvo a un grupo de argelinos que actuaba en cafeterías y, para evitar ser descubiertos por la Policía, pegaban los billeteros sustraídos con chiclé, para recogerlos posteriormente, cuando se aseguraban de que no había presencia de agentes en los alrededores.