La ministra de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez, admitió ayer en Barcelona que el Delta del Ebro es "un enfermo muy grave", pese lo cual defendió las bondades del trasvase. Rodríguez justificó la macrocesión aludiendo a la fuerte inversión prevista para la recuperación de este espacio.

La titular de Medio Ambiente protagonizó un debate organizado por Tribuna Barcelona al que asistieron, entre otros, el alcalde de Tortosa, Joan Sabaté, y miembros de la Plataforma en Defensa del Ebro. Rodríguez defendió los beneficios del Plan Hidrológico Nacional (PHN), pero sobre el Delta dijo: "Es un enfermo con pronóstico muy grave".

Pese a esa sentencia, Rodríguez respaldó con ahínco un macrotrasvase del Ebro de 1.050 hectómetros cúbico al año, un proyecto que según diversos informes científicos supondrá un golpe insoportable para el espacio natural. La ministra se justificó al señalar que se gastarán 22 millones de euros en esa zona.

Fue parca al contestar a una pregunta de Sabaté sobre cómo se resolvería uno de los grandes problemas del Delta, junto al del avance de la cuña salina. Se trata del fenómeno denominado subsidencia, que provoca el hundimiento del espacio por falta de aporte de sedimentos. "Trabajaremos con técnicas modernas --no dijo cuáles--, porque no podemos deshacer los embalses que ahora los retienen".

Desde la plataforma llegó una incómoda pregunta a la ministra: "¿Si la Generalitat dice que Catalunya no quiere agua del trasvase, se les fastidiará el proyecto?". Lacónica, Rodríguez contestó que no.