El exgeneral Enrique Rodríguez Galindo, de 65 años, protagonizó en los años 80 del pasado siglo los capítulos más tormentosos de la lucha contra la banda terrorista ETA. Bajo su mando desde el cuartel de Intxaurrondo, en San Sebastián, la Guardia Civil conoció sonados éxitos contra la banda terrorista en una época de continuos atentados. Moviéndose a menudo en la ilegalidad, sus hombres desarticularon un número de comandos nunca igualado. Pero el descubrimiento de la salvaje acción que acabó con la vida de los presuntos etarras Lasa y Zabala supuso su expulsión de la carrera militar.