La provincia de Teruel se vio ayer tarde sacudida por un rosario de pequeños incendios forestales causados por tormentas secas con numeroso aparato eléctrico. El fuego más importante se produjo en el término municipal de Burbáguena, donde al cierre de esta edición se contabilizaban al menos 10 hectáreas de pinar repoblado arrasadas en una zona muy escarpada: un barranco de muy difícil acceso para los equipos de extinción.

Fue necesaria la presencia de los miembros de la BRIF de Daroca y de otras cuadrillas de localidades cercanas. En principio las llamas quedaron controladas, pero la complicada orografía mantenía alerta a última hora a varios retenes ante el posible rebrote de los rescoldos. Según los vecinos, la causa del incendio fue la caída de un rayo.

También a los rayos se atribuyen otros pequeños incendios y conatos producidos en pequeñas localidades y núcleos rurales, como Castellote, Tramacastiel, Balacloche, Cubla, Andorra y Monroyo, donde también ayer las tormentas eléctricas cobraron un gran protagonismo a lo largo de la tarde. En los tres primeros casos se quemaron algo más de mil metros cuadrados en cada uno. La proliferación de estos incendios provocó la movilización de buena parte de los equipos contra incendios de la provincia de Teruel, tanto de la diputación provincial como del Gobierno de Aragón.