Una vez ya olvidado el roscón del día de Reyes, San Valero llegó ayer a la capital aragonesa por todo lo alto con el reparto gratuito de este típico dulce de más de 630 metros y de 900 kilos en la plaza del Pilar, organizado como viene siendo tradición por EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. Este medio lleva 28 años, es decir, casi toda una vida debido a que actualmente está de celebración por su 30 aniversario, haciendo de este día una mañana muy especial. Durante este periodo, son muchas las personas las que desayunan este dulce típico acompañado de un buen chocolate caliente, porque en algún sitio habrá que mojar el roscón que tanto trabajo lleva realizar a la pastelería Boral y que hizo que más de uno se volviera a poner a la fila para conseguir dos trozos.

Boral se encargó de esta gran labor entre los años 2010 y 2015 y este año ha vuelto con más ganas que nunca a hacerse cargo de este reparto, que bien podría ser de récord guinness. A pesar de que hayan pasado los años, ayer nadie buscó la nata porque la tradición sigue siendo la misma y para San Valero, tan solo un rico bizcocho.

Desde el obrador aseguraron que llevaban ya casi una semana con las manos en la masa porque, ni más ni menos, se han tenido que hacer 821 unidades de unos 60 centímetros cada una, para conseguir dar de desayunar a unas 18.000 personas «dependiendo de quién lo corte», explica el responsable de la pastelería, Jesús García, que comentó que de cada pieza de roscón individual tienen que salir en torno a 18 raciones de unos tres centímetros.

Horas de trabajo

El obrador ha estado trabajando sin parar estos últimos días para conseguir terminar todas las piezas que darán lugar al roscón gigante que reunirá un año más a miles de zaragozanos que se quedan en la ciudad para disfrutar de esta gran festividad.

El equipo encargado de elaborar este roscón, además de los cientos que venden a parte en su pastelería, ha estado sin parar estos últimos días para que ayer nadie se quedara sin disfrutar de este dulce. Los responsables de llevarlo a cabo se saben la receta de memoria, y es que, a pesar de que las cantidades sean cifras muy elevadas y a las que no están acostumbradas normalmente, los ingredientes siguen siendo los de siempre. Entre los más de 1.000 kilos de los diferentes productos había 400 kilos de harina, 160 de azúcar, 500 huevos, 60 kilos de mantequilla, 23 de leche en polvo, 20 de levadura, 12 de almendra en polvo y diez de avellana en polvo. Además, fue aderezado con varios kilogramos de sal, ralladura de limón, de naranja, agua de azahar y coñac. Todo para confeccionar un roscón que horneado, llega a pesar casi una tonelada.

Desde Boral aseguran que «es un honor» volver de nuevo a celebrar este día de una manera tan a lo grande.