El Ebro amenaza con inundar el término municipal de Pastriz, y parte del de Zaragoza, en el barrio de Movera, tras la rotura parcial de una mota. El dique, coronado por la vía verde a la Alfranca, comenzó a deteriorarse el pasado lunes, coincidiendo con la llegada de la cresta de la última crecida. Pero la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) no respondió hasta ayer a las llamadas vecinales ante el temor a la rotura total de la mota.

Desde principios de esta semana, el agua no ha dejado de excavar la base de esta barrera artificial de tierra, que amenaza con venirse abajo de un momento a otro. Sin embargo, al menos durante este fin de semana, ni operarios ni técnicos de la CHE accederán a la zona, pues "el río sigue alto y hay riesgo para las personas". Según explicaron ayer desde la confederación, "en principio, la semana que viene se hará una inspección ocular".

CINCO DÍAS DE ESPERA Ya el mismo lunes, algunos de los vecinos que viven más próximos al cauce solicitaron la presencia de los técnicos de la CHE para que evaluasen los daños y propusieran alguna solución antes de que la mota terminara de romperse. Pero no obtuvieron ninguna respuesta hasta este viernes.

El alcalde de Pastriz, José Miguel Ezquerra, explicó que a las 15.00 horas de ayer, el comisario de aguas de la CHE, Antonio Coch, autorizó el refuerzo del dique sin necesidad de tramitar previamente ningún permiso. "Me garantizó que nadie sería sancionado por ello", aseguró.

Según fuentes de la confederación, ante una situación de emergencia como esta, ayuntamientos y comunidades de regantes pueden intervenir directamente en las motas "y legalizar después la obra" presentando toda la documentación.

La CHE justifica que no vaya a acometer ninguna actuación, al menos de momento, puesto que solo si las motas que amenazan con reventarse protegen un casco urbano, como ocurre en el caso de localidades como Boquiñeni, se considera una obra de emergencia.

Sin embargo, en Pastriz crece la inquietud, pues el casco urbano, aunque se encuentra a más de un kilómetro del río, está situado en una cota inferior al actual nivel del agua. Pero, aunque el riesgo de inundación amenaza directamente a esta localidad, el tramo dañado se encuentra en el término municipal de Zaragoza, por lo que ayuntamiento del pueblo no actuará. Lo harán los propietarios de los terrenos colindantes.

El alcalde de la localidad ribereña se quejaba ayer ante "tanta oposición a dragar el río". Además, "estamos hartos de solicitar que nos dejen limpiar las mejanas. Se evitarían situaciones como esta y, de paso, los vecinos podrían aprovechar gratis la leña", concluyó.