"Ruanda es ahora una familia, por ello seguimos existiendo a pesar de todo por lo que hemos pasado". Así ha recordado el presidente ruandés, Paul Kagame, la fuerza de un país que ha sabido recuperarse tras sufrir una de las peores matanzas de la historia. Representantes de Estados africanos y europeos, entre ellos el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, han acompañado a la población ruandesa en los actos de conmemoración de los 25 años del genocidio perpetrado por los hutus contra la etnia tutsi.

Kagame se ha dirigido a su ciudadanía entre la cual aún, a día de hoy, conviven víctimas y verdugos y ha reconocido su capacidad de recuperación para lograr reconciliar a una sociedad marcada por la limpieza étnica. "Para aquellos de aquí o de fuera que piensan que nuestro país no ha visto suficiente caos y quieren meterse con nosotros, en defensa de los niños y de nuestra nación, quiero decirles que nos meteremos con ellos a lo grande", ha recalcado el mandatario en la capital, Kigali.

A la comunidad internacional le ha recriminado una culpa compartida en una tragedia que se cobró la vida de más de 800.000 tutsis (el 70% de los muertos) y hutus moderados en tan solo 100 días de 1994. Kagame ha aplaudido a aquellos que, pese al rechazo, se molestaron en pedirle al mundo que detuviera esta masacre y ha recordado a quiénes perdieron la vida en este intento.

En el mismo acto intervino el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, quién insistió en la necesidad de "seguir luchando contra las ideologías negacionistas y revisionistas" de actos tan crueles e inhumanos. A su vez, su homólogo de la Unión Europea, Jean-Claude Juncker, puso de manifiesto el "imperativo moral y político" de no olvidar lo ocurrido.

ENTIERROS DIGNOS

Los recuerdos agrios de una masacre étnica a la que el mundo dio la espalda se han visto compensados con la noticia de la recuperación de 80.931 cadáveres en fosas comunes excavadas que serán enterrados dignamente el próximo 4 de mayo. El Monumento al Genocidio en Nyanza, al sureste de Kigali, se instaló en el lugar donde unos 2.000 tutsis, entre ellos 400 niños, fueron asesinados por militantes hutus en plena matanza étnica. Allí ya descansan los cuerpos de unas 250.000 víctimas.

"Es imposible comprender en su totalidad la soledad y el enfado de los supervivientes, y sin embargo, una y otra vez, les hemos pedido hacer los sacrificios necesarios para dar a nuestra nación una nueva vida", ha reconocido Kagame, antes de prender la llama en recuerdo a las víctimas en el Monumento al Genocidio en la capital ruandesa.

SORPRESA FRANCESA

Decenas de jefes de Estado y de Gobierno han asistido a los eventos de conmemoración con la sorpresa de Hervé Berville, un legislador francés de ascendencia ruandesa, en representación del presidente Emmanuel Macron. La invitación al inquilino del Elíseo se calificó de inaudita por la tensa relación que mantiene Ruanda con el país europeo al que acusa de complicidad en la masacre.

Desde 1994 , la potencia africana señala a Francia por haber proporcionado entrenamiento militar, armamento y experiencia técnica a las milicias hutu Interahamwe, que desempeñaron un papel clave en las masacres, aunque París siempre ha negado su implicación. Pese a ello, Francia anunció la creación de una comisión de ocho investigadores e historiadores para esclarecer su presunta participación en el genocidio ruandés.