La desafección política de los ciudadanos y las derivas que ha provocado en los últimos diez años centraron ayer las reflexiones del exvicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba. Por este motivo, en un desayuno informativo en Zaragoza, achacó la crisis económica, política y territorial a que los partidos tradicionales no han sabido «ofrecer soluciones a los ciudadanos». El que también ocupó el cargo de secretario general del PSOE consideró que los recortes fueron «una convulsión austericida» y que no se recobrará la normalidad hasta que los ciudadanos perciban que viven igual que antes.

Invitado por la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón (ADEA), también pidió la dimisión de la presidenta madrileña Cristina Cifuentes, a la que consideró «políticamente muerta». Rubalcaba, que actualmente ejerce como profesor de química en una universidad madrileña, lamentó el desprestigio que la situación está provocando en esa institución y señaló, en alusión a Ciudadanos, apoyo del PP en la comunidad, que en Madrid existe una «mayoría alternativa posible».

LABOR INANE

En el ámbito estatal, Rubalcaba consideró que la labor de Mariano Rajoy al frente del Ejecutivo está siendo «inane» y lamentó que a pesar de gobernar en minoría no se hayan podido aprobar leyes impulsadas desde la oposición. «Pensaba que su minoría iba a ser más positiva», detalló.

La cuestión catalana protagonizó otro de los ejes de su discurso. Por el momento vaticinó que el parlamento autonómico acabará eligiendo «a un presidente dentro de las reglas del juego» y consideró completamente superada «la vía unilateral para la independencia». En este sentido evidenció que la propia ciudadanía «se ha dado cuenta de que el proceso está tocado» y que sin ningún tipo de apoyo europeo «su objetivo es imposible».

Para superar el bache, el socialista reclamó impulsar una modificación constitucional que convierta el Senado en una «cámara federal», algo que en su opinión permitiría «facilitar la unidad y la cooperación» entre comunidades. Puso como ejemplo la necesidad de debatir entre todos los territorios la aplicación de leyes que afecten a todas las comunidades o la redacción de planes de transporte.

Y aunque no entró a fondo en asuntos aragoneses, señaló, en relación a la polémica por las Sucesiones, que aunque no es partidario de rebajar ningún tipo de impuestos «a veces es necesario tomar dichas medidas en función de los pactos». Algo que ha provocado que Aragón sea la única autonomía que todavía no se haya decidido a armonizar el tributo. Más allá de esta reflexión general, evitó entrar a valorar cuestiones orgánicas del PSOE, tras haber protagonizado algunos enfrentamientos con su actual secretario general, Pedro Sánchez. «La única cuestión orgánica que me interesa en este momento es la química», bromeó en alusión a su especialidad académica.