Luisa Fernanda Rudi se fue de vacaciones hablando como presidenta del PP, ante el comité de dirección de su partido. Anunció que remitiría una carta al resto de partidos para poner en marcha una ponencia, en el seno de las Cortes, en la que aprobar medidas de regeneración política. Recién reincorporada al trabajo, el jueves por la tarde, envió las misivas a las formaciones de la comunidad. Emplaza a crear un grupo de trabajo que permita "analizar las diversas propuestas, y en la que podrían comparecer los expertos que se estime conveniente", dice en el escrito. De ahí saldrán "cuantas iniciativas legislativas sean necesarias para recuperar la confianza de la sociedad".

Habla Rudi como presidenta del PP y la carta ha sido enviada a los líderes de todos los partidos con representación en el Parlamento. No formula propuestas para no condicionar la puesta en marcha de la "ponencia o comisión". En realidad ya puso sus medidas encima de la mesa en el Debate del Estado de la Comunidad. También el PSOE lo hizo la pasada semana. Este será un asunto primordial en este próximo curso político, con las elecciones a la vuelta de la esquina, y ante un más que evidente desgaste de los dos principales partidos. PP y PSOE saben que es preciso iniciar las reformas. Otra cosa es que sean capaces de ponerse de acuerdo.

A priori el pacto parece casi quimérico. Ayer los partidos de la oposición, PSOE, CHA e IU quitaron legitimidad a Rudi para hablar de regeneración. Aunque se mostraron dispuestos a hablar. El caldo de cultivo de una legislatura marcada por el duro enfrentamiento derecha--izquierda no presagia grandes entendimientos. El PAR, socio del PP en el Gobierno, ni siquiera quiso opinar sobre la carta. La comisión o ponencia se creará, a instancias de los populares, dentro de 15 días en la Junta de Portavoces de las Cortes. Es improbable que la propuesta se formule en la que se ha convocado para el próximo martes.

Los partidos ayer ni habían analizado la carta en profundidad. En la misiva, Rudi señala, como ya ha hecho en otras ocasiones, que "la sociedad española ha evolucionado y sus exigencias en cuanto a perfeccionamiento de las prácticas democráticas se han visto incrementadas".

La presidenta del PP aragonés señala varios cambios que se han producido en la sociedad. Entre ellos, que la ciudadanía se ha hecho más participativa y por ello "necesita disponer de cauces e instrumentos adecuados". Señala que es preciso garantizar el control por parte de la gente del uso de los recursos públicos. Y apunta que los casos de corrupción han originado una "profunda repulsa" y un rechazo "generalizado e impreciso hacia los diversos estamentos públicos".

La presidenta une a estos hechos la crisis económica, que ha devenido en social y que ha motivado "la puesta en cuestión del tamaño, el coste y la eficacia de la estructuras políticas y administrativas de algunas de las instituciones públicas". Esta situación, en opinión de Rudi, exige "profundizar en la adopción de medidas" que permitan no "solo mejorar la calidad de nuestra democracia, sino eliminar la desafección" hacia la política.