La presidenta del Gobierno de Aragón dará hoy su último discurso en el debate del estado de la comunidad de esta legislatura. No habrá autocrítica y sí reconocimiento a lo conseguido durante estos años. Como ya avanzó en la comunicación remitida al Parlamento, su paso por el Pignatelli ha convertido Aragón en líder y referente gracias a la estabilidad y eficiencia que ha imprimido a su gestión.

La jefa del Ejecutivo pasará por encima del incumplimiento del déficit en el 2013, más allá de asumir lo obvio; tampoco admitirá que la deuda sigue creciendo, ni que durante estos años se haya destruido más empleo del que se ha creado. Rudi ofrecerá una visión optimista de la realidad y sobre del futuro. Esto es, la crisis ya ha pasado y Aragón está mejor situado que otras comunidades para salir de ella, gracias sobre todo a la agenda reformista que ha adoptada desde el Pignatelli. En el plano legislativo remarcará la importancia de la ley de subvenciones, la de transparencia o el código del buen Gobierno.

Volverá a insistir en la condena a cualquier tipo de corrupción y se detendrá, sin hacer sangre, en Plaza, uno de los grandes casos de esta legislatura. Desde su entorno explicaron ayer que no quiere que quede la imagen de que Aragón es una comunidad en la que imperan este tipo de desmanes.

Rudi se centrará en repasar todo lo conseguido, sin entrar tampoco en la herencia recibida, pero sí admitiendo que se hubiese podido llegar a más cosas si la situación de la comunidad hubiera sido mejor cuando el PP llegó al Gobierno. Tampoco faltará la referencia al pacto de gobernabilidad con el PAR, partido al que agradecerá su lealtad y al que reconocerá la labor realizada en pro de la estabilidad.

En frente tendrá a un PSOE rearmado, con un líder, Javier Lambán, consolidado y mirando al 2015. Puede ser su gran año, es consciente de ello, aunque para ello tenga que pactar con un partido al alza, IU y con otro que estará ahí pase lo que pase, CHA. Eso si no aparecen nuevos actores: Podemos o UPD.