"Tenemos un objetivo prioritario: luchar contra la economía sumergida". Con estas palabras definió ayer en Zaragoza la secretaria de Estado para la Inmigración, Consuelo Rumí, uno de los criterios del texto del futuro reglamento de la ley de Extranjería. Rumí visitó la ciudad para inaugurar las I Jornadas Aragonesas de Inmigración junto al presidente del Gobierno, Marcelino Iglesias, y el presidente de la CAI, Fernando Gil. Todos ellos incidieron en la importancia de ordenar los flujos migratorios y destacaron los beneficios económicos, demográficos y sociales de este fenómeno en un marco controlado y regulado.

"Queremos luchar contra el empleo ilegal, porque esto significará que las personas que vengan a trabajar lo harán de forma legal", afirmó Rumí, que añadió: "Eso implica estar dado de alta en la seguridad social, cotizar, pagar impuestos y que puedan disfrutar de sus derechos colaborando también en el gasto que tienen esos derechos y prestaciones".

La secretaria de Estado hizo hincapié en la necesidad de afrontar el fenómeno de la inmigración "desde la normalidad, sin dramatizaciones, pero sin ocultar que existen problemas que queremos resolver". Además, afirmó que el efecto llamada está en la economía sumergida y no en el proceso de normalización que se pondrá en marcha como medida transitoria cuando entre en vigor el nuevo reglamento.

Precisamente, de los cerca de 45.000 inmigrantes que trabajan en Aragón, hay entre 14.000 y 15.000 estables que lo hacen de forma no regular y que podrían ver normalizada su situación, si cumplen los requisitos. En conjunto, la aportación directa de la actividad de los inmigrantes residentes en la comunidad al PIB de Aragón supone el 5%, 1.200 millones en el 2004. "Respaldamos el proceso de normalización", afirmó ayer en su ponencia Marcelino Iglesias, que añadió: "Nuestra comunidad necesita población, por motivos de crecimiento económico, pero no sólo por eso. Es también un reto democrático, que diferencia a las sociedad abiertas de las excluyentes". Rumí también señaló como un pilar del nuevo texto el fomento de la integración y la lucha contra la inmigración clandestina.