La lucha contra el lindano en Sabiñánigo sigue lenta, pero constante. La última actuación impulsada por el Gobierno de Aragón ha sido la construcción de dos balsas metálicas para almacenar los vertidos procedentes de la depuradora de carbono activo ubicada en el barranco de Sardas.

Con una capacidad de 180 metros cúbicos cada una, permiten tener una analítica global de cada vertido y por tanto aumentar la seguridad de la gestión de residuos en el emplazamiento. En el caso de superar la autorización de vertido se retornarían a la depuradora de nuevo para ser sometidas a tratamiento.

En una reunión del Comité de Seguimiento Institucional de los trabajos de limpieza de residuos del pesticida celebrada ayer en Zaragoza también se anunció que ya han realizado los últimos ensayos en la planta de Inquinosa con el objetivo de reducir la contaminación de sus paredes antes del desmantelamiento.

El siguente paso será retirar los enlucidos mediante fresado en una atmósfera controlada «de niebla seca».